El Gobierno expulsó el pasado 8 de diciembre a dos espías rusos que habían llegado a Bogotá como diplomáticos.
Uno era Aleksandr Nikolayevich Belousov, integrante del Servicio de Inteligencia Militar de Rusia, quien llegó a Colombia en noviembre del 2017.
El otro era Aleksandr Paristov, integrante del Servicio de Inteligencia Extranjera de Rusia, y llegó en enero del 2019.
El Gobierno confirmó que estos dos hombres buscaban información de inteligencia militar, tecnológica e infraestructura del sector energético.
El 7 de diciembre la Cancillería le solicitó al embajador ruso la salida inmediata de Colombia de los dos funcionarios.
De no haber abandonado el país los dos diplomáticos habrían tenido que asumir cargos por espionaje.
Rusia expulsó a dos diplomáticos de la embajada colombiana en ese país, bajo el argumento de que era el mismo trato que tuvo Colombia.
¿Cómo los descubrieron?
Colombia realizó un operativo de contraespionaje llamado Operación Enigma.
La Operación Enigma inició hace dos años porque llegaron, de forma sospechosa, 44 funcionarios rusos a la embajada en Colombia.
También llegaron a Colombia una gran cantidad de técnicos rusos, expertos en los helicópteros MI, los cuales hacen parte de la flota aérea colombiana.
Este operativo permitió ver que Belousov y Paristov hacían movimientos extraños en Bogotá.
Iban a lugares que no tenían mucha relación con la embajada tenían y reuniones con personas que les brindaban información sobre infraestructura.