jueves, noviembre 21, 2024
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El crimen organizado en América Latina se transformó

América Latina está experimentando una fuerte transformación en la forma en cómo operan las estructuras de crimen organizado en la región.

Así lo advierten diversas organizaciones internacionales y expertos consultados por BBC Mundo.

La composición actual de las bandas criminales, el tipo de negocio que llevan adelante, la amplitud del territorio hasta donde llegan sus tentáculos y el anonimato de muchos de sus líderes son algunos de los factores que están detrás de esa transformación.

Lo anterior aumenta la complejidad a la hora de enfrentar a estas organizaciones delictivas, según diversos analistas, mientras muchos países siguen aplicando soluciones previas a pesar de que las circunstancias no son las mismas.

“Creo que hoy estamos viviendo en América Latina un cambio muy significativo que no habíamos visto desde la caída del cartel de Cali, a mediados de la década de 1990, que causó un gran reacomodo en el mundo criminal”, señala Douglas Farah, consultor y analista internacional, que lleva más de tres décadas investigando asuntos relacionados con la seguridad en el continente americano.

“Hoy estamos ante una nueva ola de crimen organizado y es necesario que la entendamos”, agrega.

Farah y otros expertos explican que ciertos episodios han propiciado esta transformación.

Entre ellos, la desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en 2016, que provocó la proliferación de nuevos actores que pasaron a controlar las regiones cocaleras del país.

También la pandemia de covid-19 que, según Lucía Dammert -académica de la universidad de Santiago de Chile y experta en criminología-, “inundó a América Latina de cocaína de bajo valor porque era más complejo exportarla”.

“Eso multiplicó las organizaciones criminales”, afirma.

Los cambios son:

Fragmentación de la estructura criminal

Para los expertos consultados por BBC Mundo, una de las particularidades del crimen organizado que hoy golpea a América Latina es que se compone de una infinidad de grupos que operan en alianzas desde distintos países para lograr sus objetivos.

Esta fragmentación del panorama delictivo no era común hace unos diez años atrás.

El fenómeno ha sido alertado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en su Informe Mundial sobre la Cocaína 2023, donde se afirma que hoy existe una “miríada de redes de tráfico”.

Al referirse específicamente a Colombia, el estudio afirma que, si bien el tráfico de cocaína “alguna vez estuvo controlado por unos pocos actores importantes”, “como resultado de la fragmentación del panorama criminal tras la desmovilización de las FARC en 2016, ahora involucra a grupos criminales de todos los tamaños, estructuras y objetivos”.

Diversificación de negocios

Lo anterior se enlaza con otra de las características que hoy define a las bandas que están detrás del crimen organizado en la región: la enorme diversidad de sus negocios ilegales.

Según los analistas, el hecho de que exista un panorama más fragmentado, también genera que el tipo de negocio al cual se dedican sea más amplio.

“Antes, las estructuras del crimen estaban especializadas en un área de negocio criminal. Pero con el tiempo y la globalización se dieron cuenta de que la diversificación de sus servicios es una oportunidad que no pueden desperdiciar”, le explica a BBC Mundo Pablo Zeballos, exoficial de inteligencia chileno y consultor internacional de crimen organizado.

El tráfico de personas y de armas, la prostitución, la expansión de drogas sintéticas, la falsificación de medicamentos, el sicariato y la minería ilegal -que en algunos países como Perú o Colombia generan igual o más dinero que el narcotráfico- son algunos de los negocios que están incorporando de manera conjunta las diversas organizaciones criminales, explican los expertos.

Anonimato de sus líderes

La nueva generación de narcos tiene poco o nada que ver con el estereotipo que encarnó, como nadie, Pablo Escobar.

Y esa es otra característica del crimen organizado actual.

Atrás quedaron las excentricidades propias del máximo líder del cartel de Medellín, quien le gustaba presumir de su enorme fortuna.

Con su carácter sanguinario, se encargó de que todo el mundo lo conociera, siendo el hombre más buscado entre finales de los 80 y principios de los 90.

Los nuevos líderes de las bandas criminales latinoamericanas parecen haber aprendido la lección y hoy prefieren mantener un bajo perfil.

Así lo plantea Jeremy McDermott, quien acuñó el término “Los invisibles” para referirse a estos líderes en su informe “La nueva generación de narcotraficantes colombianos post-FARC: ‘Los Invisibles'”.

El fin de las “islas de paz”

En los últimos años, diversos países latinoamericanos que solían estar relativamente libres de crimen organizado han experimentado un incremento de la inseguridad, la violencia e ilegalidad.

Esto representa otro cambio de la estructura de la criminología en la región.

“Ya prácticamente no existen las llamadas ‘islas de paz’ porque los mercados ilegales están presentes en casi todos los países”, afirma Lucía Dammert.

Ecuador es quizás el ejemplo más patente, que en solo unos años ha pasado de ser un país de tránsito de la droga al centro de distribución, almacenamiento y procesamiento.

Esto ha provocado una violencia sin precedentes: en 2023, el país batió su récord histórico de homicidios con 7.878, lo que refleja un drástico aumento si lo comparamos con las cifras de 2019, donde hubo 1.187.