La fuga del dirigente opositor venezolano Leopoldo López volvió a tensionar las relaciones entre el régimen chavista y España.
El gobierno de Nicolás Maduro acusa a la Moncloa de “complicidad” en la huida de López, al que califica de “golpista”.
Las acusaciones del gobierno venezolano se centran exclusivamente en el embajador saliente español, Jesús Silva.
También vincular tres empleados venezolanos de la legación diplomática, detenidos por el servicio de inteligencia.
Tras un año y medio refugiado en la embajada española en Caracas, el sábado se supo que López había abandonado el edificio.
Aparentemente logró la huida cruzando clandestinamente la frontera con Colombia y aterrizando el domingo en Madrid.
Distintos medios hablan de una arriesgada operación, con colaboración de varios países.
Sin embargo, fuentes de la dividida oposición venezolana creen que hubo pacto.