El demócrata Eric Adams, un excapitán de la policía neoyorquina, se convirtió en el nuevo alcalde de Nueva York.
Adams, quien hizo de la lucha contra el racismo una máxima en su vida, es el segundo negro en gobernar la mayor ciudad de Estados Unidos.
A los 61 años, Adam asumirá el cargo el 1 de enero tras suceder al impopular Bill de Blasio.
Tendrá que hacer frente a las consecuencias económicas de la pandemia de covid-19 que golpeó con especial virulencia a la Gran Manzana.
También tiene un reto con la inseguridad, principal preocupación de una parte del electorado, que confía en él por su dilatada experiencia de 22 años dentro de la policía.
Grandes medios locales dieron la victoria a Adams poco después del cierre de las urnas.
El expolicía venció al republicano Curtis Sliwa, de 67 años, un pintoresco personaje fundador de la patrulla urbana de los benévolos “Angeles Guardianes” y amante de los gatos.
Este vegano es el segundo afrodescendiente que llega a la alcaldía de Nueva York después de David Dinkins (1990-93).
Emocionado depositó su voto en su barrio natal de Brooklyn, donde nació en una familia pobre.
Adams dijo que esta elección es una especie de revancha para aquel “chavalito” que flirteó con la delincuencia y la exclusión social, así como para los neoyorquinos de familias populares.
Prometió reducir las desigualdades que imperan en el templo del capitalismo.
Se impuso en las primarias de su partido con un fuerte apoyo de los votantes de clase media, de la comunidad negra y del movimiento obrero.