El presidente norteamericano Joe Biden visitará por primera vez la frontera sur de Estados Unidos este domingo, desde que asumió el cargo en la Casa Blanca.
Al mismo tiempo, informó una nueva medida para reducir la migración ilegal.
Días antes de su visita oficial a México donde el presidente Biden sostendrá una reunión bilateral con su homólogo Andrés Manuel López Obrador, la Casa Blanca informó que Biden viajará a El Paso, Texas para conocer de primera mano la crisis por el aumento significativo de cruce de migrantes irregulares.
“Yo mismo visitaré la frontera este domingo en El Paso para evaluar las operaciones de control fronterizo, reunirme con los funcionarios locales y los líderes comunitarios”, dijo Biden.
En una alocución, el presidente Biden anunció una estrategia migratoria de “zanahoria y garrote” en la que dijo que “las acciones que estamos anunciando hoy mejorarán las cosas, pero no solucionarán el problema fronterizo por completo”.
La noticia llega después de que los funcionarios fronterizos de EE. UU. encontraron un promedio de más de 8.000 cruces fronterizos todos los días en diciembre, según las autoridades.
La Zanahoria
La política ofrece entrada legal a los Estados Unidos bajo un permiso humanitario para hasta 30.000 migrantes y solicitantes de asilo por mes de Nicaragua, Haití, Cuba y Venezuela.
Los solicitantes pueden postularse desde su teléfono, pero deben tener un patrocinador estadounidense y pasar por un proceso de investigación.
Sin embargo, el presidente advirtió que quienes crucen de forma irregular la frontera sur del país, serán inmediatamente expulsados a México bajo el Título 42, una regla de pandemia, en lugar de pasar por el proceso de libertad condicional.
Los migrantes y solicitantes de asilo que crucen ilegalmente a Panamá o México quedarán automáticamente descalificados del programa de libertad condicional.
El proceso para los venezolanos ya está en marcha desde octubre, y desde entonces, la cantidad de venezolanos que intentan cruzar la frontera ha disminuido.
En lo corrido de 2022 Estados Unidos expulsó bajo la norma sanitaria en promedio a más de 60.000 personas por mes y en algunas ocasiones hasta 70.000 migrantes.