El gobierno de Estados Unidos aseguró este jueves que tiene conocimiento de que Rusia está desarrollando una “inquietante” nueva arma antisatélite, aunque aseguró que ésta no ha sido desplegada.
El portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, hizo estos comentarios un día después de que un alto congresista republicano de la Cámara de Representantes advirtiera de una “grave amenaza para la seguridad nacional” estadounidense.
El arma sería empleada para su uso en el espacio y contaría con una carga nuclear capaz de atacar satélites, informó la cadena CBS News.
Kirby, sin embargo, no confirmó este dato y se negó a ofrecer detalles precisos sobre la amenaza.
Kirby, nombrado recientemente asesor del presidente Joe Biden, dijo a los periodistas que no existe una amenaza inmediata para la población estadounidense.
“No estamos hablando de un arma que pueda utilizarse para atacar a seres humanos o causar destrucción física aquí en la Tierra”, afirmó.
El presidente Joe Biden había sido informado, dijo Kirby, quien aseguró que el gobierno estaba tomando “muy en serio” el tema. Añadió que el presidente ya había ordenado “un contacto diplomático directo con Rusia” sobre esto.
El presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Turner, lanzó el miércoles una críptica advertencia sobre una grave amenaza para la seguridad nacional, lo cual desató una oleada de rumores en Washington.
Aunque las armas espaciales suenen a novela de ciencia ficción, los expertos militares llevan tiempo advirtiendo de que es probable que el espacio sea el próximo campo de batalla en un mundo cada vez más dependiente de la tecnología.
¿Qué se sabe de la amenaza?
Aparte de los comentarios de Kirby, funcionarios del gobierno estadounidense aún no han revelado públicamente ningún detalle concreto sobre la amenaza.
El asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, sugirió que el silencio del gobierno es intencional. Dijo a los periodistas que EE.UU. debe dar prioridad a las “fuentes y métodos” que sus agencias de seguridad utilizan para recopilar información sobre la amenaza.
El diario The New York Times y las cadenas ABC y CBS informaron que la amenaza está relacionada con el desarrollo por parte de Rusia de un arma con capacidad nuclear que podría utilizarse para atacar satélites estadounidenses en el espacio.
Kirby declaró a los periodistas que no hay pruebas de que el arma haya sido desplegada, pero subrayó que Estados Unidos se toma la amenaza “muy en serio”.
Durante años, las autoridades estadounidenses y los expertos aeroespaciales han señalado que Rusia y China han trabajado para desarrollar sus capacidades militares en el espacio y ponerse a la par de Estados Unidos.
Un informe publicado el año pasado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington DC, sugería que Rusia estaba desarrollando una serie de armas antisatélite (ASAT), incluido un misil que se probó con éxito contra un satélite de la extinta era soviética en noviembre de 2021.
Una de las autoras del informe y exfuncionaria de inteligencia del Pentágono, Kari Bingen, dijo a la BBC que durante su guerra en Ucrania, Rusia ya ha utilizado una variedad de otros métodos -como ataques cibernéticos y de interferencia- para obstaculizar las comunicaciones por satélite.
“Eso ya forma parte de su doctrina de combate”, afirmó.
Preocupación pública
Algunos legisladores de alto rango, como el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, han afirmado que no es necesario alarmar a la gente.
Mike Turner también ha sido objeto de críticas por alertar al público. Su colega republicano Andy Ogles criticó su “desprecio temerario” por el “bienestar y la psique del pueblo estadounidense”.
Sin embargo, expertos y exfuncionarios han advertido que cualquier amenaza contra los satélites estadounidenses podría tener repercusiones de gran alcance.
El ejército estadounidense depende en gran medida de las comunicaciones por satélite para todo, desde la vigilancia y la detección de lanzamientos de misiles hasta la navegación marítima y aérea, las bombas guiadas por GPS y las comunicaciones en el campo de batalla.
“Nuestras fuerzas armadas, la forma en que combaten hoy en día y la inversión en armamento que hacemos, dependen de las capacidades espaciales”, añadió Bingen, que fue la segunda funcionaria de inteligencia de mayor rango en el Departamento de Defensa de Estados Unidos.
“Sin eso, estaríamos en una situación bastante difícil. No podríamos luchar como hemos aprendido a hacerlo en los últimos 30 o 40 años”.