jueves, noviembre 21, 2024
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Estado Islámico K vs. Talibanes, la nueva guerra sangrienta

Los talibanes, que retomaron el poder en Afganistán son objeto de un odio permanente por parte del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

A este grupo Estados Unidos lo ve como una amenaza para los miles de afganos desesperados por huir de Kabul.

Dos explosiones causaron el jueves al menos 95 muertos y decenas de heridos ante las puertas del aeropuerto de Kabul, indicaron los talibanes.

¿Qué es el Estado Islámico-Khorasan?

Meses después de que el Estado Islámico (EI) declarara un califato en Irak y Siria en 2014, antiguos talibanes pakistaníes le juraron lealtad.

Se unieron a otros militantes en Afganistán para formar un capítulo regional.

La dirigencia central del EI reconoció formalmente al grupo un año después de que se instalara en el noreste de Afganistán, en las provincias de Kunar, Nangarhar y Nuristán.

También estableció células en otras partes de Pakistán y Afganistán, incluyendo Kabul, según monitores de la ONU.

Las últimas estimaciones de su fuerza varían de miles de combatientes activos hasta 500, según un informe del Consejo de Seguridad de la ONU divulgado en julio.

“Khorasan” es un nombre histórico de la región que incluye partes de lo que actualmente es Pakistán, Irán, Afganistán y Asia Central.

¿Qué tipo de ataques perpetra?

El EI-K reivindicó algunos de los ataques más mortíferos de los últimos años en Afganistán y Pakistán.

Masacró civiles en ambos países en mezquitas, santuarios, plazas y hospitales.

El grupo, sunita extremista, ha atacado sobre todo a musulmanes que considera herejes, en particular a los chiitas.

En agosto de 2019, reivindicó un atentado contra los chiitas en una boda en Kabul, en la que murieron 91 personas.

Además, se sospecha que perpetró en mayo de 2020 en Kabul un ataque que estremeció al mundo.

Hombres armados abrieron fuego en la maternidad de un barrio mayoritariamente chiita, donde mataron a 25 personas, entre ellas 16 madres y recién nacidos.

En las provincias en las que se implantó, su presencia dejó profundas huellas.

Sus hombres mataron a tiros, decapitaron, torturaron y aterrorizaron a los aldeanos y dejaron minas por todas partes.

¿Cuál es la relación del EI-K con los talibanes?

Aunque ambos grupos son militantes islámicos sunitas de línea dura, también son rivales y difieren en detalles sobre religión y estrategia.

Cada uno dice ser el verdadero estandarte de la yihad.

En una muestra de su enemistad, los comunicados del EI se refieren a los talibanes como apóstatas.

El EI-K se enfrentó a la represión de los talibanes contra sus disidentes y no pudo extender su territorio, tal y como consiguió hacer el grupo en Irak y Siria.

En 2019, el ejército gubernamental afgano, después de operaciones conjuntas con Estados Unidos, anunció que lo derrotó en la provincia de Nangarhar.

Según evaluaciones de Estados Unidos y de la ONU, el EI-K operó desde entonces en gran medida mediante células durmientes en las ciudades para perpetrar ataques mediáticos.

¿Cómo recibió el EI la victoria talibana?

Nada bien. El Estado Islámico fue muy crítico con el acuerdo del año pasado entre Washington y los talibanes que condujo a un pacto para la retirada de las tropas extranjeras.

Los acusó de abandonar la causa yihadista.

Tras la rápida toma de Afganistán por los talibanes, varios grupos yihadistas en el mundo los felicitaron, pero no el EI.

Un comentario del EI publicado tras la caída de Kabul acusó a los talibanes de traicionar a los yihadistas con el acuerdo con Washington.

Prometió continuar su lucha, según el SITE Intelligence Group, que monitorea las comunicaciones de grupos militantes.