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En Haití sigue temblando y aumentan los muertos

Haití se ha convertido en el centro de todos los infiernos este fin de semana.

Dos fuertes terremotos y varias réplicas han sumido al país en la tragedia.

Hay más de 700 muertos y 2.000 heridos, pero las cifras pueden seguir aumentando sin piedad ante el gran número de desparecidos.

El primer seísmo, de magnitud 7,2, tuvo lugar este sábado y se cebó con la zona suroeste y ocasionó la destrucción casi total de localidades como Jérémie y Los Cayos.

Hoy, a primera hora, otro de 5,9 volvió a sacudir la isla.

Según el último balance de víctimas, que se facilitó anoche, hay exactamente 304 muertos y cerca de 2.000 heridos.

Búsqueda de supervivientes

Los equipos de rescate trabajaban en la búsqueda de supervivientes entre los escombros de cientos de casas y varios hoteles.

Los desaparecidos se contaban por centenares después de una madrugada pavorosa.

Los grupos de salvamento tuvieron que moverse prácticamente a oscuras y con la ayuda de grupos electrógenos autónomos.

Los bomberos confiaban en que con la llegada del amanecer pudieran imprimirse nuevos bríos al rastreo.

Por la mañana estaba prevista la llegada de refuerzos desde el extranjero, ya que la mayoría de los gobiernos de América han prometido movilizarse para paliar los daños de la catástrofe.

La localización y la intensidad del fenómeno hicieron presagiar un profundo desastre a los servicios sismológicos que recogieron todo el episodio desde el primer minuto.

Incluso desde las estaciones de Estados Unidos se dio la alarma por lo que a todas luces iba a causar «cientos de muertes».

Las autoridades advirtieron además de la posibilidad de un tsunami posterior que pudiera acrecentar la tragedia, pero que finalmente no llegó a suceder.

Cientos de heridos

Protección Civil informó también de la existencia de «cientos de heridos».

Un elevado número de ellos había ingresado en los hospitales con graves heridas, amputaciones y lesiones causadas por aplastamiento, según algunas informaciones.

Solo la rápida reacción de los equipos de rescate y de los propios vecinos de las áreas devastadas evitó que la mortalidad fuera mayor.

Consiguieron sacar a numerosas personas de las viviendas colapsadas.

Muchos de esos hogares estaban construidos con materiales ligeros, lo que contribuyó a su derrumbe instantáneo.