Con una triste radiografía que muestra el día a día del centro de Barranquilla, comerciantes, trabajadores y empresarios ven decaer el esplendor y pujanza de este sector de la ciudad, en el cual muchos negocios fueron cerrados definitivamente, por parte de comerciantes que no resistieron el cierre del comercio desde hace cuatro meses; mientras otros se resisten a claudicar y siguen luchando por sostener su patrimonio familiar y personal.
Son las ocho de la mañana, y empiezan a llegar al centro de Barranquilla, empresarios y colaboradores; entran a sus locales y negocios, con una nueva dinámica que los lleva a trabajar a puerta cerrada y a domicilio. Encierro total, la orden es no tener siquiera una persiana a media asta, en centros comerciales o almacenes, poca ventilación e iluminación y, por ende, mayor consumo de energía.
Paradójica y contradictoria disposición que contrasta con la resolución 666 del 2020, emitida por el ministerio de salud, que establece las condiciones mínimas para el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad, y entre ellos, la circulación de aire. A todas luces, en el panorama actual del centro es la misma autoridad distrital la que conmina a comerciantes al incumplimiento de la norma. Muchos no entienden por qué.
30 minutos después, la patrulla covid o de la policía, empieza sus rondas con megáfono en mano, advirtiendo a quien tenga una estera arriba, que lo sancionarán con el cierre del establecimiento. Como si se tratara de una persecución contra bandidos y ladrones, a un sector empresarial que paga impuestos, genera empleo, paga arriendos, genera desarrollo. Muchos, no entienden por qué.
“Como dirigente gremial admito que no todos los comerciantes se han acogido a la norma, porque el desespero es tan grande (por sus obligaciones laborales, de servicios públicos, bancos), luego de estos cuatro meses de cierre, que por ser un sector atípico en el que a todos los compradores del centro no se les facilita el acceso a plataforma digitales, y mucho menos hacer compras en línea”, confiesa Dina Luz Pardo, directora Ejecutiva de Asocentro. Aunque esos clientes no van a llegar, no tienen forma de pedir productos o mercancías, muchos no entienden por qué.
Clientes que tratan de mantenerse fieles
Otro caso, explica la vocera gremial, es que muchos usuarios aducen, “lo cual he podido constatar, porque se han comunicado con los canales que Asocentro tiene dispuestos para usuarios, que si por cada compra que necesitan hacer tienen que pagar un domicilio se les incrementa el valor en demasía. Por eso, ellos llaman a su almacén, donde son clientes fijos, le encargan una mercancía y le dicen a qué hora pasan a recogerlo, haciendo un recorrido por varias calles para recibir los dos o tres encargos”. Eso les cuesta, de más, el valor de las prendas compradas y el costo del pasaje de los dos recorridos en bus. Si por el contrario, piden a domicilio, en promedio ocho mil pesos por cada compra, serían 24 mil pesos.
Para Dina Luz, esta es la situación que vive el comercio y algunos se han arriesgado a entregar, aunque sea a través de una rejilla, esta mercancía, porque lo último que han querido es despedir a los empleados, aunque en estos momentos no cuentan con un solo peso para pagarles. Muchos no entienden por qué.
Ecuanimidad e igualdad
Con dos peticiones específicas los comerciantes del centro esperan que se mire hoy al Centro.
Por un lado, Pardo solicitó a la administración ser ecuánime ante el cierre con sanción de algunos establecimientos de comercio del centro, por aglomeración de personas en la puerta de estos, especialmente respecto a lo que se evidencia en las afueras de los bancos, no solo de este sector sino de toda la ciudad: aglomeración sin cumplir el distanciamiento social, lo cual viene sucediendo desde el inicio de la cuarentena.
Por otro lado, el gremio ha venido solicitando equidad o igualdad, ante al desequilibrio que se presenta con el cierre absoluto del comercio del centro, frente a grandes superficies que bajo la figura de “productos esenciales”, venden todo lo que tengan en tales almacenes de cadena. Si es preciso señalar con nombre propio a alguno, podría referirse el caso de almacenes Éxito, Súper Tiendas Olímpica, Homecenter, donde se ha podido constatar que no solo tienen habilitada la tienda para alimentos, farmacia y elementos esenciales para el hogar, y el que entra a estos establecimientos, compra lo que quiere, ropa, calzado, decoración etc. ¿Por qué no está prohibido o inhabilitada la zona?. Muchos no entienden por qué.
Tristeza e indignación
“Hoy, con voz quebrantada, debo decir que lo que se vive en el centro de la ciudad es triste e indignante. Gente de bien, pequeños y medianos comerciantes formales, acechados como si no lo fueran. Se prometió que no habría vendedores informales para minimizar el número de contagios, y esto no ha ocurrido”.
“Continúan cientos de carretillas ubicadas en diferentes calles. En fin, no sabemos cuál es el objetivo de perjudicar de esta forma a este sector, cuando no es en un almacén con su protocolo de bioseguridad, donde habrá el contagio. He puesto el ejemplo, que en esa semana del siete de junio en la que se dio orden de apertura del comercio, yo misma vi cómo una sola persona al entrar a un almacén recibía todo el control de temperatura, desinfección de manos y calzado; esta persona salió de este almacén porque no encontró lo que buscaba e ingresó a otro donde igual le hicieron el mismo procedimiento, como parte del protocolo de cada uno. Con esto indico que: si vas al centro, por cada almacén a donde ingreses, recibirás el mismo tratamiento”. Muchos no entienden por qué.
¿Cierre y congelamiento de todo?
Es fácil decir “cierren todo (comercio)” y dejar a la deriva a un sector que sigue tributando impuestos con los cuales se paga la nómina de la administración distrital, se hacen obras y se sostiene el Estado local y nacional.
Y otra es que diga la alcaldía “cierren y el gobierno congela todo” durante el tiempo de restricción: arriendos, servicios públicos, créditos bancarios, impuestos, etc. Esto es lo que se espera por parte del alcalde Pumarejo y el presidente Duque, enviar a la gente para la casa, pero con subsidios y apoyos total a este sector, como lo han hecho otros países. Muchos no entienden por qué.
La directora de Asocentro lo expresa categóricamente: el Comercio solicita congelamiento de todo (impuestos, créditos bancarios, arriendos, servicios públicos…) para poder seguir en el intento.