Se conoció el fallo condenatorio en contra de la expresidenta de Argentina y actual vicepresidenta de ese mismo país, Cristina Fernández de Kirchner, quien en compañía de otro grupo de funcionarios y empresarios la condenaron por una serie de irregularidades en el otorgamiento de concesiones y contratos durante su Presidencia.
En consecuencia, a la funcionaria la condenaron a una pena de seis años de cárcel e inhabilidad perpetua para ejercer cargos públicos; no obstante, tras este anuncio, ha surgido el cuestionamiento de qué tan posible es que la política vaya a la cárcel.
Se ha sembrado un manto de dudas frente a la posibilidad de que la condena pueda ser realmente ejecutable, debido a que Fernández de Kirchner actualmente se encuentra cobijada por un fuero especial. Otras razones han hecho que medios locales de su país anticipen que la condena de la líder de izquierda en Argentina realmente quede en ‘nada’.
En ese sentido, es importante tener en cuenta una serie de factores que hacen, de momento, que la condena expresada no sea inmediatamente aplicable.
No está en firme
El primero de los factores se refiere a que la sentencia emitida este 6 de diciembre no se encuentra ‘en firme’, pues aún la funcionaria tiene la posibilidad de apelar la decisión, enviando el caso a la Cámara de Casación.
En ese sentido, el caso podría encursarse en un largo proceso que incluso podría llegar hasta la Corte Suprema de su país, según han explicado medios de comunicación de Argentina basado en los elementos legales del caso y el funcionamiento del andamiaje judicial de ese país.
De tal forma, el proceso judicial aún tiene ‘mucho por delante’ y el curso que puede tomar el hilo de apelaciones a la decisión que la misma acusada ha señalado de estar mediado, antes que por violación a normas constitucionales por intereses políticos, podría tomar más de un año.
Precisamente, en ese sentido, el tiempo de espera y las dilaciones propias del aparato judicial le permitirían a la actual vicepresidente poder participar de unas próximas elecciones como candidata a un cargo público, pues tendría permitido apostar por ser diputada, senadora e incluso, aplicar a un tercer mandato presidencial.
En ese caso, según precisaron medios locales de Argentina, Fernández podría acceder a un nuevo fuero que frenaría la entrada en vigor o aplicabilidad de la condena en su contra, haciéndole ‘temporalmente inmune’.
No será candidata
No obstante, en el marco de un largo discurso pronunciado este martes tras conocer la condena en su contra, la mujer advirtió que si bien conoce estas posibilidades, no está planeando tomar parte en las próximas elecciones.
“Mi nombre no estará en ninguna boleta”, sentenció Fernández en su mensaje a Argentina, refiriéndose a que su nombre no aparecerá en los tarjetones de votación de 2023, porque no piensa candidatizarse a nada.
En caso de que Cristina Fernández rompa su palabra, y termine finalmente candidateándose, y eventualmente accediendo a un nuevo fuero, el Congreso podría pedir o emprender un juicio Político para retirar ese fuero, haciendo posible su judicialización.
Otras garantías
Sin embargo, de acuerdo con medios locales de Argentina, el proceso descrito es tan largo, que para la fecha en la que Cristina Fernández quede desprovista de su fuero, podría estar cobijada por otras garantías que también le impedirían tener que ir a prisión.
En ese sentido, el privilegio al que accedería se deriva de su edad, pues Cristina Fernández se encuentra próxima a cumplir 70 años; edad bajo la cual entraría a estar amparada en una disposición que reza que los mayores de 70 años podrán optar por cumplir sus condenas bajo la figura de prisión domiciliaria, lo que traduce en que la ‘condenada’ no irá tras las rejas.
La pena emitida este martes es de 6 años de cárcel, pese a que la Fiscalía había solicitado a los responsables de impartir justicia que la pena fuera de 12 años de prisión.
Fernández de Kirchner señaló que anticipadamente sabía que sería condenada, advirtiendo que el actual proceso que se lleva en su contra no está amparado o sustentado en señalamientos por la violación, según ella a normas constitucionales de su país, sino qu eestaría motivada por intereses políticos, denunciando la existencia de un ‘para estado’, y advirtiendo que está ‘en la mira’ de los poderosos porque su figura, y su posición en varos temas le era incómoda esos círculos, admitiendo que no está dispuesta a ser “mascota del poder”.
En su intervención, Fernández también arremetió contra algunos de los principales medios de comunicación de su país.
Este fallo nuevamente acentúa la división política de Argentina y se prevé la existencia de manifestaciones en favor y en contra de la expresidente, quien además arremetió contra algunos funcionarios a los que incluso infirió que tendrían responsabilidad por omisión en el intento de asesinato del que fue víctima en meses pasados.