Tal y como apuntaban todas las encuestas, Nayib Bukele arrasó en el recuento de las elecciones presidenciales celebradas este domingo en El Salvador.
Con un 31% de votos escrutados, el candidato del gobernante partido Nuevas Ideas cuenta con un aplastante apoyo de casi 1.300.000 votos.
A enorme distancia en segunda posición se encuentra Manuel Flores, aspirante del FLMN, con apenas 110.000 votos.
“Este día, El Salvador ha roto todos los récords de todas las democracias en toda la historia del mundo”, aseguró Bukele tras conocerse los primeros resultados.
“Nunca un proyecto ganó con la cantidad de votos que hemos ganado este día. Es literalmente el porcentaje más alto de toda la historia”.
“Y no solo hemos ganado la presidencia, sino que hemos ganado la Asamblea Legislativa con 58 de 60 diputados como mínimo”, afirmó entre gritos de “Sí se pudo” vitoreados por sus seguidores.
Hasta el momento, no se publicaron resultados oficiales de la votación para elegir los miembros de la Asamblea.
“Sería la primera vez que en un país existe un partido único en un sistema plenamente democrático. Toda la oposición junta quedó pulverizada. El Salvador este día ha vuelto a hacer historia”, agregó.
Primer reelegido
Bukele se convertirá en el primer presidente en gobernar el país centroamericano por un segundo mandato consecutivo desde que en 1983 se promulgó la actual Constitución, que prohíbe la reelección inmediata.
Sin embargo, los jueces de la Sala de lo Constitucional —elegidos por la Asamblea Legislativa en la que el partido de Bukele contaba con mayoría— realizaron una controvertida interpretación de la Constitución para dar luz verde a la candidatura de Bukele, quien en diciembre se tomó una licencia de seis meses para poder presentarse a estas elecciones.
Gobiernos de otros países como México, China, Guatemala, Honduras, Panamá o Paraguay felicitaron públicamente a Bukele incluso cuando aún no se contaba con datos oficiales del escrutinio.
El Tribunal Supremo Electoral justificó su demora en publicar los primeros resultados oficiales (que no llegaron hasta pasadas cuatro horas desde el cierre de las urnas) con el hecho de que algunos ciudadanos no pudieron votar en centros ubicados en el extranjero pese a haber llegado antes de la hora de cierre oficial, por lo que el organismo les garantizó que podrían ejercer su derecho.