Treinta horas después de que sus simpatizantes se tomaran violentamente el Capitolio, el presidente Donald Trump se declaró “indignado”.
“Como todos los estadounidenses, estoy indignado por la violencia, asalto a la ley y caos. El 20 de enero una nueva administración tomará posesión”, dijo.
Aseguró que “mi enfoque ahora es asegurar una transición de poder tranquila, ordenada y sin problemas”.
Trump emitió el mensaje tras la presión de la oposición demócrata para destituirlo invocando la 25° enmienda constitucional.
La norma constitucional que contempla apartar al presidente en caso de incapacidad.
La presidenta de Congreso Nancy Pelosi flirteó incluso con acometer un nuevo proceso de destitución si la enmienda no progresa.
“Esta es una urgencia de suma importancia”, dijo Pelosi, acusando directamente a Trump de un “intento de golpe” de Estado.
“Lo que pasó ayer en el Capitolio de Estados Unidos fue una insurrección contra Estados Unidos, incitada por el presidente”, señaló Schumer.
“Este presidente no debería ocupar el cargo ni un día más”, agregó Schumer, quien se encamina a convertirse en el jefe de la mayoría en la Cámara Alta.
El primer republicano en pronunciarse públicamente a favor de la destitución, el congresista Adam Kinzinger, llamó a dar este paso “por el bien” de la democracia estadounidense.