En el marco de los 20 años del Observatorio de Educación del Caribe Colombiano (OECC), el Instituto de Estudios en Educación – IESE de la Universidad del Norte desarrolló el XII Foro de Políticas Públicas en Educación, en el que académicos nacionales e internacionales reflexionaron sobre la situación de la Educación Superior en Colombia, haciendo énfasis en la coyuntura e indicadores de las instituciones de educación superior privadas.
José Aparicio, director Instituto de Estudios en Educación, introdujo a los asistentes a reflexionar sobre los indicadores del sistema educativo colombiano y felicitó al equipo del Observatorio de Educación por su largo trabajo durante estas dos décadas, siendo el más antiguo del país.
El OECC nació en 2003 como una iniciativa de la Vicerrectoría Académica, con la finalidad de contribuir al análisis y divulgación de los indicadores del sistema educativo en la región Caribe. Desde entonces, su objetivo es ser una fuente confiable de información analítica, que sirve de base para el proceso de toma de decisiones en educación, y la formulación de políticas públicas que se fundamenten en evidencias.
20% de cobertura
De acuerdo con cifras oficiales, en 2001 había en Colombia un total de 740 314 estudiantes matriculados en educación universitaria, los cuales representaban una cobertura del 20 % de los jóvenes entre 17 y 21 años que querían ingresar a la educación superior. Unos 20 años después, en 2021, el total de matriculados era de 1.568.193 estudiantes, representando una cobertura del 37 %.
Pero detrás de este dato, señaló Aparicio, “se esconden grandes diferencias”, como las que hay entre la tasa de cobertura de Bogotá (68,64 %) y la de departamentos como Atlántico (33 %), La Guajira (12,43 %), Amazonas (3,16 %) o San Andrés y Providencia (1,87 %). El aumento de la cobertura en la educación universitaria no fue de la mano con la oferta de calidad. A 2021, el 72 % de las universidades públicas no estaban acreditadas o tenían entre 1 o 2 años de haberla obtenido (23 %), y en ellas, la tasa de absorción de estudiantes era del 80,9 % y 88,9 %, respectivamente. La de las universidades públicas con 10 o más años de acreditación era del 37,3 %.
Llamado a la transformación
Francesc Pedró, director del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe, abrió el foro con la conferencia La transformación de la educación superior: tendencias internacionales, en donde compartió de forma remota algunas de las ideas que se desarrollan en la Unesco en materia de la necesaria innovación de la educación superior en general.
“A través de las sucesivas conferencias regionales y a nivel global de educación superior, hemos podido perfilar el objetivo fundamental de los sistemas de educación superior de ahora en adelante: hacer realidad el derecho universal a la educación superior. Desde el sistema de Naciones Unidas consideramos que no hay ninguna razón por la cual la educación superior deba quedar al margen del derecho universal”, argumentó Pedró en el Auditorio Marvel Moreno.
De acuerdo con el funcionario, las tasas brutas de matriculación en educación superior han experimentado un aumento notable, en particular en Uruguay, en donde se ha doblado en 6 años. En cuanto a tasas netas, es decir, porcentaje de jóvenes en edad de estar en educación superior, estas demuestran que solo 1 de cada 4 jóvenes en América Latina y el Caribe consigue acceder a la educación superior. Pero, además, la diferencia entre los jóvenes que proceden de una extracción socioeconómica más elevada con respecto a los de estratos más bajos, es de 7 veces más para el conjunto de países de la región.
Hoja de ruta
“Debemos hacer las cosas de otra forma. El Congreso mundial de Educación Superior la Unesco lanzó un borrador de la posible hoja de ruta para la próxima década. La versión definitiva será presentada en julio y señala que es imprescindible redefinir las tres misiones clásicas de la universidad, teniendo en cuenta los desafíos del siglo XXI. La función formativa debe centrarse en la educación para una ciudadanía global, la investigación debe canalizarse a través de un compromiso decidido con la ciencia abierta y una perspectiva trans-disciplinaria, y las instituciones de educación superior deben proyectarse hacia sus sociedades y economía como garantes de un compromiso social y de desarrollo sostenible”, concluyó Francesc Pedró.
Jorge Valencia, coordinador del Observatorio de Educación del Caribe Colombiano, también desarrolló una presentación, en la que compartió la visión del Observatorio en torno a la calidad educativa, un “fenómeno complejo que responde a actores y factores que necesitan alinearse sobre objetivos concretos”.
Presentó, además, algunos indicadores que suelen asociarse con la calidad de la educación en las instituciones, como es el caso de los resultados en las pruebas de Estado, para la toma de decisión desde lo institucional y lo pedagógico; así como de los registros del Consejo Nacional de Acreditación. “Una educación universitaria pública y privada de calidad es posible. De hecho, ambos sectores pueden complementarse en términos de acceso y calidad. Si no hubiese sido por el avance de ambos sectores, no hubiésemos podido avanzar en términos de cobertura en educación superior. En muchos momentos el sector privado ha cargado el peso del acceso a la educación superior en Colombia”, indicó Valencia.