La ciudad de Washington se atrincheró y hoy parece una base militar, con kilómetros de vallas metálicas infranqueables que aíslan la Casa Blanca y el Capitolio.
En una gran área calificada como zona verde siguen llegando parte de los 25 mil efectivos de la guardia nacional para garantizar la seguridad.
Armados con rifles de asalto semiautomáticos M4, los uniformados deben garantizar la seguridad e impedir una insurrección.
“Debo decir que me entristece. Pero me comprometo en asegurar que recuperaremos nuestra ciudad”, dijo la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser.
La ciudadana Mary Philips dijo que “siento que estamos como en un confinamiento, pero es importante para nosotros tener aquí esta presencia”.
“Necesitas la seguridad, estoy listo para la inauguración, cuento los minutos, sinceramente. Ha sido una locura y es hora de volver al sentido común”, dijo.
Incluso partidarios de Donald Trump llegados desde Virginia como William Witting apostaban por la militarización del centro de la ciudad.
“Esto es necesario, está claro que hay que tomar precauciones si el FBI dice que hay amenazas armadas contra el capitolio, estoy de acuerdo con esto”, dijo.
El FBI comunicó que han detectado en las redes sociales amenazas contra numerosas capitales de estado alrededor del país.
“Todas las unidades del FBI en los 50 estados y territorios trabajan para perseguir cada pista y cada amenaza creíble”, dijo Matt Miller portavoz del servicio secreto.