Como uno de los días más oscuros en la historia de los Estados Unidos, tildaron diversos sectores políticos de ese país lo ocurrido ayer en el Capitolio.
“Una vergüenza nacional”, “antiestadounidense”, “un intento de golpe”, “una insurrección alentada por el presidente de Estados Unidos”, fueron los calificativos.
Las expresiones recogen reacciones de los dirigentes ante el asalto contra el Congreso que ejecutaron centenares de seguidores de Donald Trump.
La muchedumbre, que venía de participar en un mitin con Trump, irrumpió contra el edificio.
Los parlamentarios se encontraban reunidos para certificar formalmente la victoria del candidato demócrata Joe Biden.
Desde el pasado 3 de noviembre, el actual mandatario desconoció los resultados y los impugnó sin pruebas.
El asalto al edificio se prolongó durante horas y dejó cuatro víctimas mortales, la primera una mujer que recibió un disparo en el pecho.
Cuando la sesión se reanudó después de varias horas, el vicepresidente de Trump, Mike Pence, condenó el ataque.
“Para aquellos que causaron estragos en nuestro Capitolio hoy, ustedes no ganaron. La violencia nunca gana, gana la libertad”, dijo.
“Cuando nos volvamos a reunir en esta cámara, el mundo volverá a ser testigo de la resistencia y la fuerza de nuestra democracia, incluso tras la violencia y el vandalismo sin precedentes”, agregó.
Por su parte, Chuck Schumer, el líder del Partido Demócrata en el Senado, consideró que este miércoles será recordado como “uno de los días más oscuros de la historia estadounidense”.