El presidente Trump amenazó con una acción federal en Portland tras los disturbios del fin de semana.
Las nuevas amenazas del mandatario estadounidense coronan una volátil semana de violencia en las calles.
Este tema acapara la campaña electoral en un país que entra en una nueva fase de crispación social y división política.
Las protestas contra el racismo y los disturbios violentos que intentan desacreditarlas amenazan ambas campañas electorales.
A sólo dos meses de las elecciones la violencia amenaza con hacer mella en la sensibilidad de los electores.
El candidato demócrata, Joe Biden, acusó a Trump de incitar a la violencia en el país durante años y de haber perdido el liderazgo moral para resolver las crisis.
Biden recriminó al presidente porque, según él, busca el caos en lugar del orden y no ha condenado la violencia de sus partidarios.
El líder demócrata defendió la justicia racial y distinguió los disturbios de las protestas pacíficas contra el abuso policial.
Trump prevé reunirse este martes con los miembros de las fuerzas de seguridad de Kenosha para evaluar los daños provocados por los recientes disturbios.
El nuevo epicentro de las protestas contra la violencia policial tras el reciente altercado que dejó paralizado al afroamericano Jacob Blake.
El líder republicano se refirió al incidente con Jacob Blake sobre el que vagamente comentó su disgusto al ver las imágenes.
Trump se negó a condenar al menor armado Kyle Rittenhouse, que el pasado viernes en Kenosha disparó a muerte a dos activistas en las protestas.
