El confinamiento y la ley seca en varias regiones del país les han dado un golpe durísimo a las licoreras departamentales.
Según reportó la Asociación Colombiana de Industrias Licoreras (Acil), en marzo, abril y mayo se produjeron 4,1 millones de botellas. Es una reducción del 60% frente al mismo periodo de 2019.
Juan Alberto Castro, director ejecutivo de Acil, le pidió a las autoridades que no satanicen el consumo de licor. En el acumulado del año, la caída va en 47,3%.
“Nosotros entendemos la necesidad del confinamiento y la propuesta del Gobierno de la apertura inteligente, pero pretender que la gente no tome licor, que la gente no pueda comprar los licores en las grandes superficies para tomar en su hogar, es una prohibición que sólo conduce a la ilegalidad y la clandestinidad”, explicó.
