El Papa Francisco comenzó este viernes 28 de abril su 41º viaje apostólico que tiene como destino Hungría, donde permanecerá hasta el domingo 30.
Durante el vuelo, el Pontífice ha tenido la oportunidad de saludar a los periodistas que le acompañan, desayunar y tomarse unas fotografías con la tripulación.
Tras un vuelo de menos de dos horas que ha cruzado Italia y Croacia, el avión papal ha aterrizado en el aeropuerto internacional Ferenc Liszt de Budapest, capital del país, a las 10:00 a.m. (hora local).
El Nuncio Apostólico en Hungría, Mons. Michael W. Banach, y el embajador ante la Santa Sede del país magiar, Eduard Habsburg-Lotharingiai, han subido a la aeronave para presentar sus respetos al Pontífice.
El Santo Padre ha descendido del avión utilizando un ascensor, no por la escalerilla. En el trayecto hacia donde se encontraban las autoridades, han sido evidentes sus dificultades para caminar, apoyado en un bastón, si bien ha declinado utilizar una silla de ruedas que estaba disponible para la ocasión.
Al llegar donde esperaba el comité de bienvenida, el Papa ha saludado al viceprimer ministro de Hungría, Zsolt Semjen, encargado entre otros asuntos de la política y diplomacia eclesiásticas en el Gobierno presidido por Viktor Orbán.
Gesto de bienvenida
A continuación, dos niños vestidos con trajes tradicionales húngaros le han ofrecido pan y sal al Pontífice como gesto de bienvenida.
También esperaba al pie del avión un grupo de niños que han recibido al Papa con banderas de Hungría y el Estado Vaticano. Uno de ellos le ha regalado un muñeco de un Papa que el Pontífice ha bendecido una vez que estaba ya dentro del vehículo con el que ha salido del aeropuerto rumbo al Palacio Sándor, sede de la Presidencia de la República.
Al llegar a su destino, tras una media hora de desplazamiento por carretera, ha tenido lugar una ceremonia de bienvenida en la que se ha rendido tributo a las banderas y se han interpretado los himnos nacionales, rindiendo honores de Estado al Pontífice.
Las autoridades se han acercado hasta el lugar en el que ha permanecido el Papa sentado durante la ceremonia para tributarle sus respetos.
Ya en el interior del Palacio, el Papa Francisco ha mantenido un encuentro privado con la presidenta de la República, Katalin Novák, que lo ha invitado a firmar en el Libro de Honor dirigiéndose a él con palabras en español. Las autoridades magiares han ofrecido al Pontífice un sillón y una mesa para que pudiera dejar por escrito su mensaje al pueblo húngaro.
“Vengo como peregrino y amigo a Hungría, un país rico en historia y cultura. Desde Budapest, la ciudad de los puentes y los santos, pienso en toda Europa y rezo para que, unida y solidaria, sea también en nuestros días una casa de paz y una profecía de acogida”, ha escrito el Papa.
En español
Siempre dirigiéndose en español al Pontífice, la presidenta Novak le ha presentado algunos regalos, entre los que ha destacado un ejemplar de la Constitución Húngara del año 2011, en la que se contienen “valores fundamentales como la familia o el valor de la vida [humana]”. El Papa Francisco, también en la lengua de Cervantes, ha respondido: “Una linda carta de identidad”.
Como gesto de misericordia con motivo de la presencia del Pontífice en el país, la presidenta ha indultado a siete personas condenadas por terrorismo y otros delitos, entre ellos al activista György Budaházy.
El Papa Francisco ha obsequiado a la presidenta la reproducción en inglés de sus escritos magisteriales, entre los que ha mencionado de forma específica sus encíclicas Laudato si’ y Fratelli tutti, además de algún objeto religioso. La presidenta Novak ha celebrado que los textos estuvieran en inglés, para poder leerlos mejor.
Novák ha tenido a continuación la oportunidad de presentar a su marido y sus tres hijos al Pontífice, quien ha accedido a grabar un breve saludo para los jóvenes que la presidenta ha difundido en Twitter.
Alrededor del mediodía se ha producido un breve encuentro con el primer ministro, Viktor Orbán, de quien han trascendido algunas palabras hacia el Papa: “En la historia de nuestra patria, que haya venido a vernos constituye un momento maravilloso y no sólo estamos agradecidos. Esto representa para nosotros una confirmación, un apoyo. Luchamos por preservar el camino del cristianismo, y esta es una batalla muy difícil en la Europa actual y con esta guerra que clama por la paz”.
A continuación, el Papa Francisco se ha desplazado al conocido como antiguo convento carmelita, donde tendrá lugar el acto con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático.