El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, llegó a Texas para documentar lo que muchos califican como una crisis migratoria.
Más de 12.000 inmigrantes, en su mayoría de origen haitiano, cruzaron el Río Bravo y permanecen bajo el puente internacional que conecta los dos países.
Los migrantes están en precarias condiciones en un lugar está situado entre la ciudad Acuña en México con Del Río en Texas.
Están en pequeños cambuches que construyeron para protegerse de las altas temperaturas.
Durante su visita, Mayorkas insistió en que las fronteras están cerradas, y que quienes crucen se enfrentarán a expulsiones.
“Hemos reiterado que nuestras fronteras no están abiertas y que la gente no debe hacer el peligroso viaje”, dijo Mayorkas.
Agregó que “La migración irregular es una amenaza significativa, a la salud y el bienestar de las comunidades fronterizas y para las vidas de los migrantes”.
La administración Biden anunció que aumentará los vuelos de deportaciones para controlar la situación.
Estados Unidos tiene previsto organizar siete vuelos diarios de expulsión y procesar a la mayor cantidad de inmigrantes posible.
La caótica situación en la frontera causó indignación en los Estados Unidos.
Además de las condiciones infrahumanas en las que permanecen los inmigrantes, está la forma en el que la patrulla fronteriza intenta controlar el paso de miles de ellos.
A policías a caballo los fotografiaron usando látigos contra los migrantes para evitar que crucen a territorio estadounidenses.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Pskai, calificó de “horrible” las imágenes difundidas por la prensa.
Agregó que “no puedo imaginar este escenario sin sentir que es inapropiado”.