Los Juegos Olímpicos más esperados de la historia, tras ser aplazados hace un año por la pandemia, quedaron oficialmente “abiertos” este viernes.
La ceremonia la encabezó el emperador japonés Naruhito y el pebetero fue encendido por la tenista Naomi Osaka.
La llama olímpica ya ilumina el cielo de Tokio, después de una ceremonia sin público en el Estadio Olímpico y con restricciones en el tradicional desfile de los deportistas.
La ceremonia tuvo lugar ante menos de 1.000 personalidades y dirigentes para minimizar los riesgos de la pandemia del covid-19.
Sin público
La capacidad de 68 mil espectadores del estado hacía resaltar la soledad en las graderías.
En un mundo que sigue viviendo pendiente del covid-19, la ceremonia tuvo un aire menos festivo al habitual, muy lejos del que se vivió en 2016 en Rio a ritmo de samba.
“Declaro abiertos los Juegos de Tokio”, pronunció solemnemente el emperador Naruhito, según la fórmula consagrada para la ocasión.
La tenista Naomi Osaka, número 2 mundial, fue la última relevista y la encargada de encender el pebetero.
La pandemia estuvo presente en muchos momentos de la ceremonia: se guardó unos segundos de silencio en homenaje a las víctimas en todo el mundo.
Una enfermera formó parte del grupo que entró en el estadio con una bandera gigante de Japón.
El acto comenzó con una mujer corriendo por una cinta estática, se emitió un video con deportistas entrenándose en sus casas con medios precarios.
Una pareja de sanitarios protagonizó uno de los últimos relevos de la antorcha.
Momento de esperanza
El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) Thomas Bach admitió que estos Juegos serán “muy diferentes a lo que todos nosotros hubiésemos podido imaginar”.
Sin embargo, destacó que “hoy es un momento de esperanza”.
“Aprovechemos el momento, porque al fin estamos todos reunidos aquí (…) Este sentimiento de unidad, es la luz al final del túnel oscuro que es esta pandemia”, insistió Bach.
Los deportistas, que serán sometidos a diario a controles anticovid, desfilaron con restricciones.
Apenas participaron también 5.700 atletas, algo más de la mitad de los que van a competir en las próximas dos semanas.
El acto inaugural de los Juegos de la XXXII Olimpiada sirvió también para que el país anfitrión ofreciese al mundo un ejemplo de su capacidad tecnológica.
Decenas de drones dibujaron un globo terráqueo en el cielo tokiota.