Varios clubes de fútbol de Europa de los llamados “ricos” anunciaron la creación de una nueva competición llamada la Superliga.
El anuncio se da en respuesta a “la inestabilidad del actual modelo económico del fútbol europeo” a causa de la pandemia.
Tanto los jugadores como los equipos se enfrentan a amenazas de expulsión de otras competiciones internacionales.
La Superliga empezará en el mes de agosto con la participación de hasta 20 equipos, con partidos entre semana para respetar las competiciones nacionales.
Entre los clubes están el Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Milan, Inter de Milán, Juventus, Liverpool, Manchester City, Chelsea, Arsenal, Manchester United y Tottenham.
Próximamente habrá tres equipos más invitados, entre los que se espera al Paris Saint-Germain.
Durante años, los Clubes fundadores han tenido como objetivo mejorar la calidad y la intensidad de las competiciones europeas existentes.
En particular, crear un torneo en el que los mejores clubes y jugadores puedan competir entre ellos de manera más frecuente.
Los clubes fundadores de la Superliga recibirán 4.190 millones de dólares para apoyar sus planes de inversión en infraestructura.
Con ello compensarán el impacto de la pandemia de Covid-19.
La noticia no le cayó muy bien a las autoridades del fútbol, ni tampoco al primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente francés, Emmanuel Macron.
Las federaciones de Francia, España e Inglaterra emitieron un comunicado para “detener este proyecto cínico”.
A través de un comunicado, la FIFA, máximo organismo futbolístico a nivel mundial, también expresó su desaprobación.
