Salud

Wegovy, medicina para diabetes que ayuda a bajar de peso

Se prevé que más de la mitad de la población mundial tendrá sobrepeso u obesidad en 2035. El exceso de peso suele relacionarse con las enfermedades cardiovasculares: puede provocar un aumento de la presión arterial o del colesterol, lo que incrementa el riesgo de infarto de miocardio y derrame cerebral.

Actualmente, los fabricantes del popular medicamento para adelgazar Wegovy abogan por su uso como opción de tratamiento para las enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos.

En un ensayo sin precedentes con 17,604 pacientes con sobrepeso u obesidad y cardiopatías, las inyecciones semanales de semaglutida, el principio activo de Wegovy y su gemelo Ozempic, durante un promedio de 33 meses redujeron el riesgo de infarto de miocardio, embolia y muerte por causas cardiovasculares en un 20%; eso en comparación con un grupo que solo tomó un placebo.

Los resultados se publicaron en la revista The New England Journal of Medicine y se presentaron el sábado por la mañana en la reunión anual de la Asociación Estadounidense del Corazón (American Heart Association).

tratamiento prometedor para las cardiopatías

De acuerdo con el estudio World Obesity Atlas 2023, se estima que la obesidad entre niños y adolescentes del continente americano aumentará del 20 al 33% entre 2020 y 2035, particularmente en el caso de los niños, y que casi la mitad de todos los adultos, del 47 al 49%, se vean afectados por ella en 2035.

“Tratar la obesidad mejora claramente los resultados en materia de salud”, declaró Ania Jastreboff, endocrinóloga y experta en dicho padecimiento en la Facultad de Medicina de Yale, en una conferencia de prensa con periodistas celebrada el 10 de noviembre antes de la reunión de Filadelfia. Jastreboff, quien no participó en el estudio, señaló que el ensayo quizá sea un “factor decisivo” para el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares.

En un ensayo previo, se demostró que la semaglutida reducía el riesgo de afecciones cardiovasculares en pacientes diabéticos con sobrepeso u obesidad. Pero en el estudio actual, ninguno de los participantes tenía antecedentes de diabetes. Los resultados sugieren que el medicamento tal vez ayude a más personas de las que se pensaba inicialmente.

“La mayoría de la gente con enfermedades cardiovasculares no tiene diabetes, solo obesidad”, indica Jastreboff. “Son 6.6 millones de personas en Estados Unidos. Así que muchos se beneficiarían”. En el caso de América Latina, como destaca Statista, en México, Argentina y Chile los porcentajes de personas con obesidad son iguales o superiores al 28%, en comparación con la población total de cada país en 2023.

Los autores del estudio señalan que únicamente incluyeron en el ensayo a personas con enfermedades cardiacas preexistentes. Se desconocen los efectos de la semaglutida en los individuos con sobrepeso y obesidad sin antecedentes de problemas cardiovasculares.

Imita una hormona natural

La semaglutida está aprobada para el tratamiento de la diabetes de tipo 2 bajo la marca Ozempic y para el control del peso crónico como Wegovy. El medicamento imita una hormona natural del intestino llamada GLP-1 y regula el azúcar en la sangre aumentando los niveles de insulina.

También conduce a la pérdida de peso al ralentizar el movimiento de los alimentos en el estómago e interactuar con los receptores del cerebro para regular el apetito. Como resultado, quienes toman el fármaco se sienten satisfechos durante más tiempo y comen menos.

El ensayo actual fue patrocinado por Novo Nordisk, fabricante de Wegovy y Ozempic, y realizó un seguimiento de los pacientes durante dos años en centros especializados de todo el mundo. La mitad de los participantes recibieron inyecciones semanales de semaglutida, mientras que la otra mitad solo un placebo.

Ninguno de los dos grupos sabía cuál de los dos se le estaba administrando. Más de tres cuartas partes de ellos habían sufrido previamente un infarto de miocardio y cerca de una cuarta parte padecía insuficiencia cardiaca crónica. La edad promedio de los voluntarios fue de 61.6 años y aproximadamente tres cuartas partes eran hombres.

En los pacientes a quienes se les proporcionó semaglutida, la frecuencia cardiaca, la presión arterial, los niveles de colesterol y un biomarcador de respuesta inflamatoria, descendieron de manera más significativa que en quienes recibieron un placebo.

Pero lo que más le interesaba a los investigadores era saber si la semaglutida reducía el riesgo de episodios cardiovasculares graves. Durante el estudio, 234 pacientes del grupo de la semaglutida sufrieron un infarto de miocardio no mortal y 154 tuvieron un derrame cerebral no mortal, frente a 322 y 165 del grupo del placebo, respectivamente.

Buenas estadísticas

En el grupo de la semaglutida, 97 fueron hospitalizados o visitaron una clínica de urgencias por insuficiencia cardiaca, en comparación con 122 a quienes se les dio el placebo. En total, 223 personas del grupo de semaglutida murieron por causas cardiovasculares, mientras que 262 del placebo fallecieron durante el ensayo.

“Se trata de un estudio emocionante y pionero que demuestra que el tratamiento de la obesidad permite salvar vidas y reducir la incidencia de episodios cardiovasculares”, manifiesta Ariana Chao, investigadora en nutrición de la Escuela de Enfermería Johns Hopkins, quien no participó en el ensayo.

Algunos pacientes interrumpieron el ensayo debido a los síntomas gastrointestinales asociados a la semaglutida. Entre ellos se incluían náuseas, vómitos y diarrea, efectos secundarios conocidos de los medicamentos que imitan la GLP-1.

Efectos en el sistema cardiovascular

No está totalmente claro por qué la semaglutida tiene un efecto tan notable para atenuar el riesgo de afecciones cardiovasculares. Es probable que gran parte de dicho beneficio se explique por la pérdida de peso inducida por el medicamento. Quienes recibieron semaglutida en el último ensayo redujeron en promedio el 9.4% de su peso corporal, en comparación con los que tomaron el placebo, que disminuyeron menos del 1%.

Pero los pacientes no alcanzaron su pérdida de peso máxima hasta aproximadamente las 65 semanas del estudio, lo que sugiere que quizá haya otros factores en juego además de la mera reducción de medidas corporales.

“En particular, las diferencias en los índices entre los dos grupos comenzaron a surgir al poco tiempo de iniciarse el tratamiento, en los primeros meses”, declaró A. Michael Lincoff, cardiólogo de la Clínica Cleveland y uno de los investigadores del ensayo, durante la conferencia de prensa.

Srividya Kidambi, endocrinóloga del Colegio Médico de Wisconsin, asegura que el receptor GLP-1 parece estar presente en el tejido cardiaco y los vasos sanguíneos, aunque en niveles bajos, y que la semaglutida tal vez actúe directamente sobre el sistema cardiovascular a través de este receptor.

“Así que no todos los beneficios, al menos por lo que sabemos, proceden de la reducción de peso”, afirma.

Millones de personas toman medicamentos como los betabloqueadores y las estatinas para controlar las enfermedades cardiovasculares. Los betabloqueadores bajan la presión arterial bloqueando la acción de hormonas como la adrenalina para disminuir la frecuencia cardiaca. Las estatinas, por su parte, reducen los niveles de colesterol LDL “malo” y aminoran la cantidad de depósitos grasos en las arterias. Los pacientes del ensayo de Novo Nordisk ya consumían estos y otros medicamentos convencionales para tratar las cardiopatías.

Beneficio añadido

Jaime Almandoz, doctor especializado en control del peso y metabolismo del Centro Médico UT Southwestern de Dallas, y quien no fue parte del ensayo, opina que los nuevos datos evidencian que la semaglutida aporta un beneficio añadido y que incluso puede ser mejor que las estatinas.

“Lo que observamos es una clase de medicamentos que ayudan a mejorar una multitud de resultados clínicos. Quizá este tipo de fármacos tengan muchos más efectos que los que obtenemos con las estatinas en cuanto a la mejora potencial de la salud y la calidad de vida de las personas”, resalta Almandoz.

Artículo publicado originalmente en WIRED.