Alex Saab, el presunto testaferro del presidente de Venezuela Nicolás Maduro, es noticia en Colombia desde hace tres semanas cuando fue capturado en Cabo Verde (África). Durante el fin de semana el tema se movió aún más ya que fue trasladado sin explicación alguna a la Isla de Sal, donde fue capturado, y porque el embajador de Venezuela allí, Alejandro Correa, denunció que no le han dejado ver a Saab para conocer su estado.
Correa asegura que a Saab lo han maltratado. Incluso, aseguró que ha perdido mucho peso desde su captura y que es necesario que le permitan conocer de primera mano su estado de salud.
El lío principal para no haber dejado verlo es que no hay ningún vehículo diplomático autorizado para el transporte aéreo desde Praia hasta la Isla de Sal.
Su traslado a la Isla de Sal se produjo seis días después de que Cabo Verde aceptara la solicitud de extradición hacia EE.UU., que lo acusa de blanqueo de capitales y de corrupción a favor de Maduro.
Otro tema que surgió durante el fin de semana es que, según su familia, Saab solicitó la revisión de un psiquiatra para garantizar que no se suicidará. “Aseguró que quería dejar constancia de que se encontraba en óptimas condiciones y de que no va a intentar suicidarse. Teme que lo asesinen y que parezca que se quitó la vida”, explicaron esos familiares a medios locales.
Este tema ha sido tan relevante porque es una puja internacional entre la DEA/EE.UU. y el régimen de Maduro. Si Saab es extraditado a EE.UU. (que lo más probable es que ocurra), el gobierno Trump contarán con un activo importantísimo de Maduro y podrá, o conseguir información, o presionar algún movimiento en la cúpula venezolana.