El 54 % de los estudiantes de los colegios públicos de municipios atlanticenses no certificados tuvo un nivel insuficiente en las pruebas Saber 11 del 2020.
El Observatorio de Educación del Caribe colombiano de la Universidad del Norte identificó que Manatí, Candelaria, Piojó, Repelón, Luruaco y Santa Lucía alcanzan los más altos porcentajes de insuficiencia, hasta del 80%.
Según el análisis del Observatorio, Atlántico está 21 puntos por encima del promedio nacional (33%) y alcanza su nivel más alto de los últimos cinco años.
Las pruebas Saber 11 evalúan las competencias del estudiante estableciendo tres categorías de desempeño: adecuado, problemas en 1, 2 o 3 áreas e insuficiente.
También se revisó la asociación entre los resultados en este examen y el tránsito hacia la educación superior en cada municipio, arrojando resultados interesantes:
El estudio encontró una relación positiva entre el desempeño de los estudiantes en las pruebas y el ingreso a la universidad, indicó Jorge Valencia Cobo, coordinador del Observatorio.
Es decir, aquellos municipios con más alto porcentaje de estudiantes de buen desempeño, tienen mayor probabilidad de que estos continúen su formación a nivel superior, y viceversa.
Los municipios que hacen parte de la muestra son:
Puerto Colombia, Galapa, Palmar de Varela, Juan de Acosta, Santo Tomás,
Sabanagrande, Suan, Baranoa, Campo de la Cruz, Sabanalarga,
Polonuevo, Ponedera, Manatí, Usiacurí, Repelón,
Luruaco, Piojó, Tubará, Candelaria y Santa Lucía.
En total son 20 municipios no certificados por el Ministerio de Educación, por ende, la administración del servicio educativo recae sobre la gobernación del Atlántico.
Para hacer la evaluación del rendimiento de los estudiantes, se aplicó la metodología desarrollada por el Observatorio de Realidades Educativas de la Universidad ICESI.
La clasificación se basa en el desempeño específico en las competencias de Lectura Crítica; Matemáticas; Ciencias Sociales y Ciudadanas, y Ciencias Naturales, evaluadas en Saber 11.
Rendimiento insuficiente va del 30 al 80%
“Al hacer el análisis por municipios, se evidencian diferencias en sus indicadores, tanto en los resultados en las pruebas Saber 11, como en su tasa de acceso a la educación superior”:
En ese sentido, Valencia Cobo explica que, los mayores porcentajes de estudiantes con desempeño adecuado está en Puerto Colombia (15%), Galapa (13%) y Palmar de Varela (13%).
Sobre el porcentaje de estudiantes con nivel insuficiente, Palmar de Varela alcanza el más bajo (34%); mientras que en Candelaria, Manatí, Piojo, Repelón, Luruaco y Santa Lucía es superior al 70 %.
Al revisar la tabla elaborada por el Observatorio de Educación del caribe colombiano de Uninorte se pueden establecer que:
Los niveles de desempeño adecuado son muy bajos en los 20 municipios y van del 15%, el más alto, hasta el 1%, como el más bajo.
En la categoría de problemas en 1, 2 o 3 áreas el más bajo es Manatí (18%) y el más alto es Suan (63%).
En la clasificación de nivel insuficiente, el municipio de Suan tiene el 30% y el de Candelaria el porcentaje más alto con el 80%.
Tendencia de desempeño satisfactorio es decreciente
Los resultados del análisis muestran un rezago importante de los estudiantes de los municipios no certificados del Atlántico en el desarrollo de sus competencias básicas.
En los últimos 5 años, el porcentaje de estudiantes con desempeño satisfactorio ha mantenido una tendencia decreciente, bajando en la última medición al 7 %.
Entre los distintos municipios se mantienen diferencias en sus indicadores, tanto en el desempeño en las pruebas Saber, como en la tasa de acceso a la educación superior.
“Es preocupante que, en los municipios de Candelaria, Manatí, Piojo, Repelón, Luruaco y Santa Lucía, más del 70 % de los estudiantes han tenido un nivel insuficiente en sus competencias”:
Así lo expresa José Aparicio, director del Instituto de Estudios en Educación, de Uninorte, al referirse a los cuatro municipios ubicados en la subregión sur del departamento.
Agrega que, aunque fueron los principales afectados por la ola invernal del 2010, se ha venido adelantando la reconstrucción de la infraestructura escolar.
Lo que hace “necesario centrar esfuerzos para que la educación sea de calidad”, anotó Aparicio.
Estrategias efectivas para impactar calidad educativa
El estudio sugiere además que, la administración departamental, encargada de garantizar la adecuada prestación del servicio educativo en condiciones de cobertura, calidad y eficiencia (Ley 715 de 2001) en estos municipios, debe implementar estrategias para revertir estos indicadores.
“En el último quinquenio se han llevado a cabo múltiples inversiones, programas y proyectos orientados al fortalecimiento de las escuelas del Atlántico” anota el director.
Lo que significa que “debería verse reflejado en términos de calidad, pero los resultados en este ítem siguen sin presentar mejorías considerables”, añadió.
Además de invertir en infraestructura y dotación, los expertos proponen que esta estrategia debe complementarse con el desarrollo de programas específicos dirigidos a impactar la calidad de la educación en los municipios con más bajos indicadores.
Tales acciones deben generar progresivamente capacidades que los lleven a una transformación sostenible, destacó Valencia Cobo, tras agregar:
En este punto, lo deseable es enfocarse en la formación docente y en programas de incentivos que atraigan a los docentes mejor formados a las instituciones que más lo necesitan”.
También es clave hacer seguimiento a la calidad de los programas de formación continua que se ofertan a los docentes por medio de los programas de becas
Que las IES que trabajen en dichos programas desarrollen procesos de formación orientados a la transformación de la práctica docente en contexto.
Finalmente, sugieren revisar la calidad y pertinencia de la oferta de articulación entre la media y los programas de educación terciaria.
Promover procesos de orientación socio ocupacional en todas las escuelas y reformular los currículos educativos, de tal manera que estos se articulen con las particularidades de cada territorio.
Significa enfocarlo, especialmente, con su potencial productivo y sus capacidades para generar oportunidades de emprendimiento social y cultural.