El próximo 4 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad, una fecha que cobra relevancia al ser considerada como la verdadera pandemia del siglo XXI, en cuanto a enfermedades crónicas no transmisibles, por el número creciente de personas con este tipo de índice.
De allí que sea fundamental reflexionar acerca de la importancia de fomentar hábitos alimenticios saludables desde la infancia. En Colombia, así como en diversas partes del mundo, la nutrición en los primeros años de vida desempeña un papel crucial en la prevención de la obesidad y las enfermedades relacionadas.
En un contexto donde la obesidad está en aumento, la educación nutricional se presenta como una herramienta poderosa para cambiar el curso de la salud de las futuras generaciones. La implementación de programas educativos desde temprana edad no solo brinda conocimientos sobre una alimentación equilibrada, sino que también sienta las bases para tomar decisiones informadas en relación con la alimentación a lo largo de toda la vida.
Para el caso de Nueva EPS, se cuenta con el programa de Estados Nutricionales, el cual opera en las IPS primarias a nivel nacional y tiene como objetivo la identificación, manejo y monitoreo oportuno de las alteraciones nutricionales.
A través de este programa, a la fecha la Compañía ha identificado 832.693 usuarios en condición de sobrepeso y obesidad con comorbilidades (enfermedad), de los cuales el 37.2% (309.744) son mujeres y el 62.8%(522.949) son hombres.
Sin comorbilidad, se identificó un total de 2.601.708 afiliados en condición de sobrepeso y obesidad, de los cuales el 59.5%(1.548.421) son hombres y el 40.4%(1.053.287) son mujeres.
Según los datos recopilados por la Vicepresidencia de Salud, los departamentos con el mayor número de afiliados fueron Antioquia (234.604), Santander (231.546), Valle del Cauca (226.126) y Norte de Santander (159.065).
En el marco del programa de Estados Nutricionales, el área de Promoción y Prevención de Nueva EPS, ofrece recomendaciones a los padres de familia con el propósito de contribuir a mejorar la calidad de vida de sus hijos y prevenir enfermedades asociadas al sobrepeso a largo plazo.
Establecer hábitos alimenticios saludables:
- Ofrecer comidas equilibradas que incluyan frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras.
- Restringir el acceso a alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares añadidos y productos procesados dentro del hogar.
Fomentar la actividad física en familia:
- Participar en actividades físicas regulares, como paseos, juegos al aire libre o práctica de deportes en familia.
- Limitar el tiempo dedicado a la televisión y videojuegos, incentivando opciones de entretenimiento activas.
Crear un entorno de apoyo:
- Ejemplificar hábitos saludables siendo un modelo a seguir en cuanto a alimentación y actividad física.
- Incluir a los niños en la preparación de comidas y en la toma de decisiones relacionadas con la alimentación.
Promover una relación positiva con la comida:
- Evitar utilizar la comida como recompensa o castigo.
- Inculcar una actitud positiva hacia la comida, destacando la importancia de disfrutarla de manera equilibrada y consciente.
En definitiva, desde la infancia, la prevención y la educación son protagonistas para forjar futuros saludables, es crucial entender que el camino hacia un estilo de vida saludable es un viaje personal y continuo.
Recuerde que la adopción de pequeños cambios en la dieta y la actividad física pueden marcar una diferencia significativa a largo plazo.