Las tácticas antidisturbios utilizadas en Washington por la Guardia Nacional ordenadas para complacer al presidente Donald Trump, como en su caminata retadora a una iglesia en medio de protestas, dejaron heridas en el sector militar.
Según el New York Times, varios miembros de la ‘D.C. Guard’ están avergonzados de siquiera compartir con sus familiares que fueron parte de la ofensiva contra sus vecinos cuando protestaban por la muerte de George Floyd a manos de agentes de la Policía en Minnesota.
Ahora, la Guardia Nacional tiene una investigación abierta por los estragos que causaron contra sus ciudadanos el pasado lunes en Washington, similar a las que se hacen después de conflictos armados en Irak o Afganistán.
Esta información se hace pública luego de que el pasado 4 de junio el secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, señalara que no comparte la idea de desplegar a militares para controlar las marchas que se han desatado en todo el país tras el homicidio de un afroestadounidense a manos de un policía blanco.
De acuerdo con Esper, esa medida debe ser solo el último recurso y en casos de extrema emergencia. Algo que a su juicio no está sucediendo.
“Tal opción de usar fuerzas militares activas en tareas policiales solo debería ser empleada como último recurso y solo en la las graves y precarias situaciones. Y no estamos ante una situación semejante en este momento. No apoyo que se invoque el Acto de Insurrección”, dijo Esper durante una rueda de prensa en el Pentágono.