Por Beatriz Naar *
Vivo en España. Sufro y observo como todo ha cambiado. El país del “quedar en un bar a tomar algo”, un país que no se conformaba con saludar con un solo beso sino con dos, uno en cada mejilla, un país con muchas mascotas y muchos parques para pasearlas, un país que se percibía feliz y de repente llega el virus.
Empezaron a tomar tímidas medidas mientras el virus iba haciendo su trabajo bien hecho. Luego se hicieron, con los días, pronunciamientos y advertencias más fuertes hasta llegar al confinamiento.
Llegó la parálisis de todo el sistema de producción al tiempo que el personal sanitario luchaba contra una enorme cantidad de personas infectadas y, como en casi todos los países, se quejaban de la falta de elementos de bioseguridad que apenas iban llegando poco a poco, demasiado lento, e iban van muriendo también médicos, enfermeras etc.
En un principio, los médicos que daban positivo a los 7 días volvían a trabajar y el virus muerto de risa con semejante oportunidad de expansión. Siempre el virus llevando la delantera. Como siempre, ha habido escenarios políticos diversos en los cuales se perciben egos muy fuertes y el virus sigue sumando y contando muertes.
Cuando leía las noticias de números de muertos hacía el ejercicio mental de imaginarlos en una terrorífica montaña de gentes que dejaron este mundo solos. Es fácil decir 500 muertes, otra cosa debe ser verlos. Todos ellos tienen nombres, tienen familias.
Hubo hospitales en los cuales a los más graves les hacían video llamada con sus seres queridos.
Las ciudades y pueblos de España estuvieron en silencio. Si nos pareció lejos china, muy lejos, Italia estaba demasiado cerca y aun así todas las medidas fueron lentas ante lo diligente y rápido que trabaja este virus.
Después de todo esto, todo será más claro y un buen observador y analista critico podrá establecer lo que se hizo mal, regular o bien. Somos un planeta tan lejos de la mentalidad colectiva como especie que, aún en tiempos de pandemia, cada cual tira para su lado.
Creo que las generaciones que nos sucedan se plantearán otro tipo de soluciones planetarias porque, de manifiesto está que, por nuestra forma movernos por el planeta lo q pasa en un lejano país nos afecta a todos como especie.
Creo que el virus infecta lo que encuentra en términos de población. Si el país es demográficamente envejecido se ensañará con la mayoría poblacional, con un sistema inmune más debilitado. Pero creo que el no encontrar una población envejecida no lo detendrá e infectará con consecuencias también lamentables.
Yo no soy tan optimista con respecto a que tengamos una mejor percepción del colectivo mundial después de todo esto. Por el contrario, el virus ha puesto de manifiesto en todos los países que, por todos lados, las comunidades seguirán teniendo las mismas injusticias porque la humanidad olvida y los oportunistas siempre la tienen clara.
No aprendimos como especie de pandemias pasadas. Pasaron pocas décadas, que en términos universales es un segundo, y aquí estamos con miedo a un virus, a cómo afectará todo los que nos rodea sanitaria, social y económicamente.
Esta no es ni la primera ni será la última pandemia que enfrente la humanidad y tocará escribir en piedra lo acontecido, como hacían los antiguos, para que la memoria de esto supere varios milenios.
Periodista colombiana residente en España
No puede ser más exacta la descripción de tu crónica. La humanidad lleva en sus genes, escrito en carne y sangre las injusticias pero tristemente la cosa sigue igual. Hay que tallarla en piedra para que permanezca a posteridad.
LO que está pasando será contado a los niños y este escrito será una muestra de lo que se vivió, y a las piedras reales, se sumará esta virtual.
Excelente crónica.Si definivamente tiene ser escrita en PIEDRA .Los seres humanos no sé porque tenemos la tendencia a olvidar la historia.Bueno pude ser al cambio de generaciones que van muriendo y llegan las nuevas sin memoria pero pueden encontrarse con el escrito en piedra del pasado.😉 😇
Esa es la idea. NOTIWEB, con ayuda de excelentes comunicadores colombianos va a dejar esa huella, ese archivo histórico para que esta etapa sea conocida y recordada por las generaciones actuales y las futuras; contribuyendo a lograr una mejor ciudad, un mejor país y un mejor planeta.
Excelente y sentida crónica. Con una verdad a puño. Y de verdad se tendrá que escribir en piedra para que no se olvide. ,🙌👏👏
Así es, esta experiencia está cambiando a la humanidad y debe ser para mejor. En piedra, para no repetir lo malo, pero sí para no olvidar y continuar lo bueno: la solidaridad, la sencillez, el respeto y la consideración por la naturaleza, por el ser humano, por la vida.