El traslado a la capital Caracas, a una guarnición militar, y el silencio del presidente Nicolás Maduro son las dos actuaciones que se han conocido luego de la captura en Venezuela de la excongresista Aida Merlano Revolledo, lo que permite entender que no está claro el paso que dará el gobierno de ese país con la política colombiana prófuga de la justicia colombiana desde el pasado primero de octubre, al fugarse de un consultorio odontológico donde era atendida al norte de Bogotá.
Luego de ser capturada en Maracaibo por las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes)en el sector El Milagro, donde vivía en el edificio Costa del Sol con un hombre indocumentado que se ha conocido sería Jacob Manuel Vargas Silvera, ambos fueron arrestados en la capital del fronterizo estado Zulia, según publicó ayer en Instagram el director de ese cuerpo, Miguel Domínguez. La excongresista “ingresó en territorio venezolano de forma ilegal en compañía de un ciudadano colombiano indocumentado”, dijo.
Según fuentes judiciales, Merlano fue interrogada durante varias horas por funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) y del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin, Policía política) a quienes dijo que está tranquila porque tiene evidencias que involucran a políticos colombianos en delitos electorales y de corrupción.
En la mañana de hoy la detenida fue presentada ante un tribunal de control del Zulia y el Ministerio Público imputó el delito de ingresó de manera ilegal al país. Esta diligencia se efectuó en el Faes, sede del grupo élite de la Policía Nacional Bolivariana, por “razones de seguridad”.
Hacia el mediodía, versiones periodísticas venezolanas indican que la exparlamentaria fue llevada al Aeropuerto de La Chinita, para su traslado a Caracas.
En medio de fuertes medidas de seguridad se hizo el traslado, que contó con 50 agentes de la institución armada, quienes se movilizaron en siete vehículos blindados que custodiaban a la excongresista barranquillera.