La periodista Jineth Bedoya es una de las miles de víctimas del conflicto armado en Colombia.
En mayo del 2000 entrevistó a un paramilitar en la cárcel La Modelo de Bogotá y luego la secuestraron, torturaron y atacaron sexualmente.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) estaba estudiando su caso en una audiencia realizada en Bogotá.
Cuando era el turno de intervenir del Estado colombiano, Camilo Gómez, el director de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica, se retiró de la audiencia.
La justificación de Gómez es que “las intervenciones y preguntas de los jueces demostraron evidentes prejuzgamientos”.
Según Gómez, los magistrados “involucraron nuevos asuntos que ni siquiera debatieron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”.
Gómez pidió que los jueces Elizabeth Odio Benito, Patricio Pazmiño Freire, Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot y Ricardo Pérez Manrique sean retirados del caso.
Considera que no hay objetividad en el proceso.
La Corte definió suspender el juicio contra Colombia hasta que se puedan definir las recusaciones contra los jueces.
Según Jonathan Bock, director de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip), nunca en la historia de la CIDH un Estado se había retirado de una audiencia.
“No lo hizo Nicaragua, tampoco Venezuela, ni el Perú de Fujimori”, aseguró. Por su parte, Bedoya consideró esto como una revictimización.