La esposa del ministro de Vivienda, Jonathan Malagón, es la ingeniera María Natali Benítez Mallarino, gerente de Construcciones y Montajes Socolco.
En esta empresa es representante legal Daniel Iván Benítez Mallarino, su padre.
Socolco consiguió un contrato con el Consorcio Estación Elevadora Canoas, compuesto solo por la empresa Mota Engil, encargada de la construcción de la EE Canoas que saneará las aguas del río Bogotá.
Quien consiguió este contrato fue la esposa del ministro, la ingeniera Benítez Mallarino, como ella misma lo reconoce en su hoja de vida: “Obtención y negociación de los siguientes contratos y apoyo en la dirección de estos”.
La Estación Canoas, una obra de ingeniería ambiental, que se construye bajo la supervisión de la Empresa de Acueducto de Bogotá.
Costó $372.003 millones con cinco fuentes de financiación:
- El Acueducto de Bogotá con $62.167 millones
- La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, con $22.457 millones
- El Fondo Nacional de Regalías, con $115.000 millones
- Emgesa, con $102.135 millones
- MinVivienda con $69.836 millones.
Y es en esta última entidad donde radica un posible conflicto de interés:
La esposa del ministro Malagón se benefició de un contrato en el que invirtió el Ministerio que lidera su marido.
Este contrato, según contó el representante legal de Mota Engil, Pedro Teixeira, sin allegar ninguna prueba, es por $4.600 millones y aún está en ejecución.
El Ministerio de Vivienda incluso alardeó de esta y otras obras en Cundinamarca, en una nota publicada en su página web el 11 de octubre de 2021.
Al ser consultada, la ingeniera Benitez Mallarino dijo que no se acordaba de ese contrato.
Dos horas más tarde, aseguró que no había ningún tipo de conflicto de interés porque el contrato no lo adjudicó su esposo sino un ente territorial, es decir, el Acueducto de Bogotá.
También dijo que los recursos para este proyecto los comprometió el gobierno Santos.
Sin embargo, el contrato entre Mota Engil y Socolco se firmó en diciembre de 2020, cuando Malagón llevaba más de dos años en el Ministerio.
El ministro Malagón, por su parte, afirmó que no veía ningún conflicto de interés porque la empresa de su esposa no fue beneficiada, sino que fue subcontratada en un proceso privado en el que nada tiene que ver el Ministerio.