La dieta mediterránea parece estar asociada a una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y mortalidad en las mujeres, según señalan nuevos datos de estudios observacionales.
Las que tenían un mayor apego a una dieta mediterránea presentaban 24% menos de riesgo de enfermedad cardiovascular y 23% menos de riesgo de muerte.
“Una dieta sana es un factor muy importante en la prevención de las cardiopatías. Sin embargo, las guías actuales sobre la prevención de estas carecen de recomendaciones específicas por sexo”, afirmó la autora principal, Dra. Sarah Zaman, Ph. D., profesora asociada de Medicina e investigadora principal del University of Sydney’s Westmead Applied Research Centre, en Sídney, Australia.
“Históricamente, los ensayos y estudios de investigación han contado con participantes predominantemente masculinos o han carecido de análisis específicos por sexo”, afirmó. “Nuestros resultados allanarán el camino para llenar este vacío y también ponen de relieve la necesidad de más investigación para garantizar que las guías y políticas de salud incluyan perspectivas diversas”.
El estudio fue publicado en versión electrónica el 14 de marzo en Heart.
Análisis de los resultados
La Dra. Zaman y sus colaboradores llevaron a cabo una revisión sistemática y un metanálisis de 16 estudios publicados entre 2006 y 2021 en los que se informaba sobre una puntuación de dieta mediterránea y se incluía a todas las mujeres o tenían resultados estratificados por sexo.
Excluyeron los estudios que solo hacían referencia a determinados componentes de la dieta mediterránea o la combinaban con otros factores relacionados con el estilo de vida.
Los estudios, realizados principalmente en Estados Unidos y Europa, incluyeron a 722.495 mujeres adultas sin enfermedad cardiovascular sintomática o asintomática previa, con una mediana de seguimiento de 12,5 años.
El mayor apego a la dieta mediterránea se definió como la categoría más alta con el rango más alto de puntuaciones de dieta mediterránea, y el menor cumplimiento se definió como la categoría más baja con las puntuaciones más bajas.
La enfermedad cardiovascular de nueva aparición incluía cardiopatía isquémica, infarto de miocardio, ictus, insuficiencia cardiaca, muerte por causas cardiovasculares, eventos cardiovasculares adversos mayores, eventos cerebrovasculares cardiacos adversos mayores y enfermedades cardiovasculares notificada por el paciente.
En general, un mayor apego a la dieta mediterránea se asoció con una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares (hazard ratio [HR]: 0,76; intervalo de confianza [IC] de 95%: 0,72 a 0,81), mortalidad total (HR: 0,77; IC 95%: 0,74 a 0,80) y arteriopatía coronaria (HR: 0,75; IC 95%: 0,65 a 0,87).
Incidencia de ictus
La incidencia de ictus también fue menor en las mujeres que seguían la dieta mediterránea, aunque no se consideró estadísticamente significativa (HR: 0,87; IC 95%: 0,76 a 1,01).
Otros análisis mostraron reducciones similares del riesgo en mujeres de distintos orígenes étnicos.
Un mayor apego a la dieta mediterránea se asoció con una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares tanto en las mujeres de ascendencia europea (HR: 0,76; IC 95%: 0,59 a 0,98) como en las mujeres de ascendencia no europea ―asiáticas, nativas de Hawái y afroamericanas― (HR: 0,79; IC 95%: 0,72 a 0,87).
Los autores señalaron que los resultados no cambiaron sustancialmente en los análisis de sensibilidad.
Excluyendo un estudio cada vez, los hazard ratio agrupados del mayor frente al menor apego a la dieta mediterránea variaron de 0,76 (IC 95%: 0,72 a 0,80) a 0,83 (IC 95%: 0,70 a 0,98) para las enfermedades cardiovasculares de nueva aparición y de 0,77 (IC 95%: 0,75 a 0,80) a 0,77 (IC 95%: 0,74 a 0,81) para la mortalidad total en las mujeres.
Al mismo tiempo, los autores listaron varias limitaciones, como el carácter observacional de todos los estudios, la dependencia de cuestionarios de frecuencia de alimentos autoinformados y la heterogeneidad en los ajustes de los factores influyentes entre los estudios.
Consideraciones adicionales
La Dra. Zaman y sus colaboradores pidieron más investigación específica por sexo en cardiología, incluidos los factores de riesgo relacionados con la menopausia prematura, la preeclampsia, la diabetes gestacional y las enfermedades autoinmunitarias como el lupus sistémico.
Según los autores, en los estudios futuros también se deberían explorar los mecanismos subyacentes que pueden explicar los vínculos entre la dieta mediterránea, las enfermedades cardiovasculares y la muerte.
Por ejemplo, la dieta puede reducir la inflamación y los factores de riesgo cardiovascular a través de vías antioxidantes y beneficiosas para el microbioma intestinal. Otros componentes de la dieta (p. ej., polifenoles, nitratos, ácidos grasos omega-3, mayor consumo de fibra y menor carga glucémica) también pueden desempeñar un papel.
“Fue sorprendente comprobar la solidez de las propiedades cardioprotectoras a largo plazo inherentes a un patrón dietético de tipo mediterráneo”, afirmó la Dra. Samia Mora, maestra en ciencias de la salud, profesora de medicina de la Harvard Medical School y directora del Centro de Metabolómica de Lípidos del Brigham and Women’s Hospital, en Boston, Estados Unidos.
La Dra. Mora, quien no participó en este estudio, ha investigado posibles mecanismos relacionados con la dieta mediterránea, los eventos cardiovasculares y la diabetes en mujeres.
Menos inflamación
Su equipo de investigación ha descubierto que las mujeres con un alto apego a la dieta tienen más probabilidades de presentar menos inflamación, resistencia a la insulina, índice de masa corporal y presión arterial, así como mejores perfiles lipídicos y metabólicos.
“Esto podría representar una oportunidad para intervenir antes y de forma más intensiva en la mejora de la inflamación, la resistencia a la insulina y la salud cardiometabólica a través de enfoques dietéticos basados en la evidencia, como la dieta mediterránea”.
“Como proveedores de atención médica, debemos promover los atributos dietéticos saludables de la dieta mediterránea, especialmente porque muchos de nuestros pacientes en Estados Unidos están menos familiarizados con esta y cómo incorporar sus componentes en la ingesta diaria de alimentos”, concluyó la investigadora.
El estudio no recibió ninguna financiación. La Dra. Zaman recibió el apoyo de una beca Future Leader Fellowship de la Heart Foundation. Los autores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente. La Dra. Mora ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.