En el mundo de la paleontología y geología, cada fósil descubierto es una ventana al pasado que nos permite comprender mejor la biodiversidad y evolución de nuestro planeta.
Esta es una premisa que Aldo Rincón Burbano, docente del Departamento de Física y Geociencias de Uninorte y miembro del Grupo de Investigaciones Geológicas GEO-4, ratificó en uno de los más recientes estudios científicos publicados por la revista Springer, donde, junto con investigadores internacionales, descubrió un nuevo género y especie de murciélago del Mioceno temprano en Panamá.
Bautizado como Americanycteris cyrtodon, perteneciente a la familia Phyllostomidae, la identificación de este murciélago Nariz de Hoja fue posible gracias al estudio de tres fósiles hallados en 2014, en unidades geológicas expuestas a lo largo del Canal de Panamá: la Fauna Local Lirio Norte (Formación Las Cascadas) y la Fauna Centenario (Formación Cucaracha), las cuales han producido extensas muestras de mamíferos terrestres.
En aquel momento, Rincón era estudiante del Doctorado en Geología de la Universidad de la Florida y no fue hasta noviembre de 2023, luego de un largo proceso de revisión, que el artículo fue publicado y oficializó las características únicas de esta especie.
“Debido a las condiciones y la temperatura, en el trópico es muy difícil encontrar zonas de afloramientos, es decir, donde se pueda revisar el registro litológico (características de las rocas que constituyen una formación geológica) y se preserven bien los fósiles. Por eso nos esforzamos tanto en esa época. Los fósiles datan entre los 18,5 y 21 millones de años”, explica el investigador, especialista en mamíferos fósiles del Caribe.
Los fósiles de este murciélago representan el primer registro terciario de quirópteros de Centroamérica, lo que permite comprender mejor la historia evolutiva y la dispersión de estos mamíferos en el continente americano durante el Mioceno temprano.
De gran tamaño
De acuerdo con el estudio, el Americanycteris cyrtodon es un murciélago de gran tamaño, similar en dimensiones a la especie viva Chrotopterus auritus. Se distingue por tener una curvatura peculiar en su diente p4 y un engrosamiento notable en el cíngulo labial del diente m1.
Además, sus fósiles al ser encontrados en dos faunas de vertebrados del Mioceno temprano en Panamá, sugieren una dispersión de murciélagos entre América del Norte y América del Sur antes del Gran Intercambio Biótico Americano, evento paleozoogeográfico en el que la fauna terrestre y dulceacuícola emigró de América del Norte a través de Centroamérica hacia América del Sur y viceversa, como resultado del surgimiento del istmo de Panamá.
La familia de murciélagos Phyllostomidae es una de las más diversas y ampliamente distribuidas en América Latina y el Caribe. Estos se caracterizan por tener un hocico alargado y estrecho, lo que les permite tener una alimentación variada, incluidos insectos, néctar, frutas y, en algunos casos, de sangre.
Era frugívoro
Esto se puede inferir de los dientes, ya que tienen una morfología que brinda información acerca del tipo de alimentación de la especie. El estudio sugiere que el hallado era frugívoro.
A través de estudios nacionales e internacionales, el profesor Aldo Rincón ha participado en la descripción de diferentes especies, entre las que se encuentran camellos, murciélagos, mapaches, dinosaurios, entre otros.
Se encarga de la colección de vertebrados fósiles del Museo Mapuka de Uninorte, además de reportar anualmente todos los fósiles que encuentra ante el Servicio Geológico Colombiano.
“Nos importa el fósil, pero aún más de dónde viene, porque si podemos identificar el lugar, también podemos analizar otro tipo de información, como mirar cómo estaba levantándose Los Andes y se generaban variaciones. Con los semilleros hago talleres tratando de sensibilizar a la gente sobre la importancia de los fósiles y del trabajo para su identificación, pues todavía falta mucha conciencia de la comunidad”, enfatiza el docente.
Fortaleciendo el estudio de la especie Megadolodus
En otro estudio sobre murciélagos, desarrollado en 2017 en el desierto de La Tatacoa (Huila) y con la participación de investigadores del Instituto Smithsoniano de Panamá, el Servicio Geológico Colombiano, el Museo de Zurich, la Universidad de Los Andes y la Universidad de Cambridge, Rincón profundizó en el conocimiento de los litópteros bunodontes neotropicales, buscando reevaluar las relaciones filogenéticas entre dos géneros: Megadolodus y Neodolodus, en el contexto de la familia Megadolodinae.
“La especie Megadolodus ya había sido descrito, pero había mucha duda porque los huesos encontrados no le representaban muy bien. Esta familia tiene que tener un ancestro más viejo, en otras palabras, la secuencia es de más a o menos 13,5 millones de años, pero la morfología sugiere que viene de otro lugar, podría estar relacionado con los caballos”, afirma Rincón.
En este caso se estudiaron los fósiles de un cráneo y una mandíbula parcial, y su importancia es que brinda un poco más de luz sobre los orígenes de este grupo. Cada una de las piezas se preparó y se generaron modelos 3D de los fósiles.
De esta forma se lograron documentar aspectos hasta ahora desconocidos de la dentición superior e inferior de Megadolodus y Neodolodus, que permitieron reevaluar las relaciones filogenéticas de estos ungulados con otras familias y clados de litópteros.
Los dos estudios en los que participó el profesor Aldo Rincón subrayan la importancia de la exploración continua y el análisis crítico en el campo de la paleontología.
Los hallazgos obtenidos no solo amplían el conocimiento sobre la diversidad y evolución de estas especies de murciélagos en América del Sur, también resaltan la necesidad de una evaluación cuidadosa en los análisis filogenéticos morfológicos.