Cada día son más casos, ya hay decenas de fallecidos; no hay hospitales de tercer nivel o respiradores, mucho menos camas de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI); allí, la mayor parte de la población corresponde a comunidades en las que el olvido del gobierno es enorme. Las medidas anunciadas en las últimas horas son tardías e insuficientes.
Amazonas, con una superficie de 110.000 km², ubicado en el extremo más sur del país, es el departamento más grande de Colombia, pero uno de los cuatro menos poblados, con un 50% de población indígena, principalmente rural, en medio de la selva amazónica, ocupa el puesto 31 de 32, en comparativo general del producto Interno Bruto (PIB) nominal.
Las etnias ancestrales temen los graves efectos del covid que pueda diezmar los cabildos y hasta ser causal de extinción de algunos grupos indígenas. Es un drama que no sólo se circunscribe a Colombia, los países vecinos, principalmente Brasil y Perú, también viven la misma tragedia. Esta es la realidad en el departamento del Amazonas frente la pandemia del covid-19.
Las cifras son dicientes: 8 indígenas fallecidos, 169 casos confirmados y 300.000 familias en riesgo de contagio. Ya el gobierno nacional empieza a darse cuenta de la gravedad de la situación, que llevó el jueves al ministerio del Interior a declarar el cierre total del departamento, que equivale a la suspensión de todas las actividades hasta el 30 de mayo. Se exceptúan las estrictamente necesarias para la salud, el abastecimiento y los servicios esenciales, dijo la ministra Alicia Arango, en las redes sociales
Más de 1000 casos en 28 días
En todo el territorio, que tiene 77.000 habitantes, a nivel general, se reportan por el Instituto Nacional de Salud 1003 casos (en 28 días), hoy se confirmaron 5 muertes, que se suman a las 30 anteriores; situación que es vista con preocupación por las autoridades locales, que consideran que los casos de coronavirus vienen creciendo de forma acelerada en el departamento del Amazonas, reconoció el alcalde de Leticia, Jorge Luis Mendoza.
Según el funcionario, la falta de alimentos es uno de los factores que lleva a las personas a salir a la calle, a lo que se suma el no uso de elementos de protección como tapabocas o guantes. En su municipio, gran parte de la población tiene familiares en Brasil, por lo cual el tránsito en la frontera es concurrido y foco de contagio, por la alta proliferación del virus en el vecino país. Para Mendoza se trata de una frontera viva, incontrolable.
Hoy, el cese de la actividad comercial, la deficiente ayuda de mercados a las familias, los problemas para el enterramiento de los cuerpos, porque no hay suficientes bóvedas en el cementerio, la falta de personal médico, que no cuentan con elementos biomédicos y de protección, en hospitales que no tienen equipos, insumos y espacios para cuidar a los pacientes: hacen parte del panorama que enfrentan hoy los amazonenses.
