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Con éxito se realizó la Fotomaratón Mira al Centro

Bajo un sol que flameaba sin piedad desde el centro de un cielo azul intenso que caracteriza por esta temporada a Barranquilla, entre sus viejas calles que rezuman historia y vitalidad, se celebró la Fotomaratón Mira al Centro, una experiencia que ha venido tejiendo su magia durante 18 años.

En este encuentro con la esencia de la ciudad, volvieron a converger fotógrafos, artistas y curiosos que buscaban, a través de sus lentes, descubrir la riqueza oculta del centro de la ciudad, entre sus edificaciones centenarias, sus populosas calles y sus callejones olvidados.

David Lombana es un realizador audiovisual barranquillero, un fotógrafo apasionado y un intermitente cómplice de Mira al Centro. David celebró de una manera muy especial los 18 cañonazos volumen I de esta fiesta de la fotografía, el patrimonio y la historia de la ciudad. Lombana reflexionó sobre la importancia de apropiarse de la ciudad, obligándonos a mirar lo que usualmente pasa desapercibido. Este año, su participación adquirió otra dimensión, ya que vivió esta experiencia con su esposa y su hijo de 7 años, un acto de complicidad familiar que quedó escrito entre las huellas del Centro Histórico de Barranquilla.

Para David, Mira al Centro no solo es una oportunidad para explorar la ciudad desde la óptica de la fotografía, sino también para compartir su conocimiento con su hijo. Caminar juntos por las calles le reveló capas insospechadas de la urbe, desde la majestuosidad de sus antiguas edificaciones hasta la cotidianidad de quienes habitan cada uno de sus rincones.

Para el pequeño Sergio, fue más que una sorpresa poder capturar y eternizar una imagen de dos ardillas en una palmera. “Fue la foto que más me gustó. Me acerqué bastante y tomé la foto”.

Desde los 5 años

Algo tímido y con la voz trémula, Sergio hizo el recuento de su aventura en la Fotomaratón, recordando que desde los 5 años se interesó por la fotografía y gracias a Mira al Centro vivió esta experiencia acompañado de su madre y de su padre.

Esta fue su primera Fotomaratón y está seguro de que su retina no va a olvidar el momento justo en que logró capturar a dos ardillas interactuando entre las palmeras. “Lo que más me gustó fue tomar muchas fotos”, señaló sin dejar de apuntar que espera que esa fotografía que tanto le encantó logre algún reconocimiento en el concurso.

A la escritora, artista plástica y gestora cultural Clarita Spitz, le parece maravilloso que Mira al Centro llegue a su mayoría de edad. Para la mexicana de nacimiento e hija adoptiva de Barranquilla, sostenerse durante 18 años, a pesar de una pandemia y de todas las dificultades que enfrentan los eventos culturales, sacar adelante un proyecto como este que da a conocer nuestra ciudad desde tantos ángulos, es algo muy valioso.

“No se trata solamente de venir al centro a comprar en este momento álgido del comercio; el centro es un lugar mágico que guarda la historia de nuestro país y de nuestra ciudad”.

Para Clarita, eventos como “Mira al Centro” son importantes porque le dan a la gente la posibilidad de reencontrarse con el inicio de la historia de Barranquilla. Spitz asegura que mucha gente conoce el centro como un lugar para ir a hacer compras o un lugar donde están ubicados algunos edificios de gobierno, pero insiste en que es mucho más que eso.

Lenguaje elegido

En esta travesía, la fotografía se convierte en el lenguaje elegido, según Eybert Cortina, estudiante del Programa de Comunicación Audiovisual de Uniatónoma. A sus 19 años, Mira al Centro le brinda la oportunidad de demostrar sus habilidades y de seguir construyendo su portafolio.

“Esta experiencia es bastante enriquecedora, de mucho alcance e impacto; tiene un significado social bastante amplio. Te da la oportunidad de ver tu propia ciudad, en la que has crecido, en la que has estado toda tu vida, desde otro punto de vista, desde una perspectiva más técnica, especialmente si se trata de conocer la historia y saber de dónde vienen las cosas de las que has estado rodeado toda tu vida”.

Jesús David Camargo, un joven estudiante de Comunicación Audiovisual de la Universidad Autónoma del Caribe que, como realizador audiovisual, se ha convertido en hombre de múltiples facetas, encuentra en este evento un espacio para fusionar historia y fotografía. A través de las rutas que descubrió en esta aventura, Jesús afirma que las mejores fotos que se ha sacado son las que le ha podido tomar a los animales, a los seres vivos que habitan el Centro de Barranquilla.

José Stevenson podría ser catalogado como un gato, uno que le ha dedicado sus 7 vidas a la poesía, a los títeres, a las artes plásticas y, por último, a la historia de Barranquilla. Él mismo se considera como una especie de historiador anfibio, uno que le ha dedicado la vida a explorar diversas formas de expresión. Su enfoque histórico está dirigido hacia las nuevas rutas que exploran la arquitectura moderna y los bancos que contaban la riqueza de la ciudad en épocas pasadas.

Vacío institucional

De acuerdo con Stevenson, la Fotomaratón Mira al Centro busca llenar el vacío institucional que ha relegado la historia de Barranquilla. Está convencido de que, tras 18 años de posibilitar otra mirada al corazón de la ciudad, el evento se convierte hoy en día en el archivo visual más grande de la ciudad.

Manuel Alzamora, creador y director de la Fundación Mira al Centro, está completamente convencido de que la Fotomaratón es una manera diferente de vivir la ciudad y de que esta es una experiencia que, por lo menos una vez en la vida, se tiene que vivir. “Casi no lo hacemos, al final lo hicimos y a la gente le gustó; participó, han venido nuevas generaciones, hay muy bonitas fotos que nos quedaron de registro”.

De acuerdo con Alzamora, durante estos 18 años de evento, han podido identificar que muy poco se están dando proyectos de vivienda para el Centro de la ciudad. Según Manuel, esta sería la mejor manera de que el Centro se vuelva un sitio donde la gente pueda vivirlo de verdad.

Alzamora está convencido de que, en la medida en que la gente se mude a vivir en el Centro, así mismo crecerá de forma exponencial su oferta cultural, gastronómica y de entretenimiento. Piensa que es el momento de hacer un plan de vivienda organizado, realizar algunas residencias artísticas con artistas locales, regionales e internacionales que vengan y dejen su aporte cultural. Esto incluiría a personas que hacen danza, artes plásticas y cultura en general.

Banco de imágenes

Jesús Rico es un fotógrafo profesional con más de dos décadas de experiencia, que ha laborado para distintos medios locales, regionales, nacionales e internacionales. Rico cree que Mira al Centro cumple una especie de labor de rescate de todo ese material de archivo a futuro donde se podrá ver a la ciudad y a cada uno de sus cambios. Para Rico, la Fotomaratón ya es un banco de imágenes de lo que fue y es en la actualidad Barranquilla. “Es algo importante para nuestras futuras generaciones, que puedan aprender a ver e identificar su ciudad a través de fotografías que evoquen su pasado reciente y su actualidad”.

De acuerdo con Rico, este evento de ciudad también es un espacio importante para el fotógrafo, donde el artista de la imagen se puede desenvolver libremente y captar imágenes de la ciudad para su propio archivo. “Pues, para el amante de la fotografía, siempre va a ser un lugar cercano, un lugar donde no solo puede hacer fotografías, sino también acercarse a la gente y tomar un poco de su diario vivir”.

En las calles del Centro, la fotografía se erige como una forma de preservar la memoria colectiva, de rescatar la historia oculta entre edificaciones desocupadas y bancos que atestiguan la grandeza pasada. Mira al Centro se revela como un evento que va más allá de la captura de imágenes; es un acto de amor por la ciudad, una declaración de identidad, de pertenencia y una oportunidad de tejer, con cada disparo, la crónica visual que define a Barranquilla.