General

El paso de Mauricio a Sophie

Por: Malorie Riaza

Como la vida es de riesgos, esta joven proveniente de Montería, se lanzó llena de miedos a un proceso al cual le temía, pero que anhelaba con toda su alma.

Ese anhelo era dejar de ser, por fin, él ante la sociedad y convertirse en ella.

A la sociedad cordobesa la describe como machista y recuerda su afán de salir de su ciudad para buscar su “libertad”, pues se sentía presa por los prejuicios de la gente.

Es su orientación sexual transgénero. Significa que siente una disonancia entre el sexo con el que biológicamente nació y la forma en la que se reconoce.

En lo que se entiende como identidad de género, es la percepción que tiene de sí misma.

Ella es, Sophie Méndez una joven de 23 años, que hace cinco dejo su terruño y llegó a Barranquilla con la ilusión de estudiar periodismo.

Hoy por hoy se encuentra en su etapa final para aspirar al título de Comunicadora Social y periodista en la Universidad Autónoma del Caribe de Barranquilla.

Llegada a Barranquilla

Con todo y sus temores no dejó que éstos la vencieran y con sus maletas llegó al barrio Ciudad Jardín de la ciudad de Barranquilla.

Con ropa masculina estaba dispuesta a transformar su vida y luchar contra quien sea por su felicidad.

En entrevista con Notiweb.co, Sophie se sinceró sobre su diario trasegar como mujer trans en la región Caribe.

“Son muchos los prejuicios y los estereotipos machistas y sigue siendo fuerte el impacto que ocasionan estos temas”, anota.

Explica que “han sido muchos sucesos duros de asumir y en el proceso de conversión he afrontado aspectos positivos y negativos”.

Cuando empezó sus estudios universitarios algunos lo veían como Mauricio Méndez, un muchacho con una “desviación sexual”.

Afrontar la realidad

Pero, a diferencia de muchos, tuvo la valentía de afrontar su realidad como una mujer trans.

A partir de ahí comenzó el proceso de terapia hormonal para lograr dejar atrás su aspecto de hombre y verse y reconocerse como una mujer.

Usaba maquillaje, se sacaba las cejas, se pintaba las uñas, se delineaba los ojos, incluso vistiéndose como hombre y luego de un tiempo fue arriesgándose más.

“Empecé sola este proceso, solo me acompañaron en estos momentos difíciles unos cuantos amigos de aquí de Barranquilla”, cuenta.

Sophie resalta el apoyo del departamento de Bienestar Universitario de la Universidad “que me brindo un espacio sicológico que me ayudó muchísimo”.

Poco a poco comenzó a surtirse de hermosas prendas de mujer que causaban furor entre sus conocidos.

Sin embargo, su más grande temor era que en su casa no sabían lo que estaba sucediendo con su personalidad y mucho menos su padre.

“Mi cambio siempre impactó en mis compañeros, pero nunca me importó. Yo solo tenía miedo de enfrentar a mis padres”, dice.

El disfraz de Mauricio

Su realidad se transformaba cada vez que era necesario volver a su ciudad, pues tenía que ponerse el “disfraz” de Mauricio Méndez.

“Temía perder el apoyo económico de sus progenitores y para esos tiempos apenas empezaba sus estudios”, recuerda.

Sola, en una ciudad como Barranquilla, para Sophie una de sus principales preocupaciones era el pago de la pensión en la que vivía.

“Pero por encima de cualquier problema, lo que más temía era sufrir el rechazo y la lejanía de los seres que más amaba en el mundo”, dice.

Un día luego de visitar a sus padres volvió a lo que ya era su rutina en Barranquilla y se embelleció para a ir a una celebración con sus amigos.

En medio de su compartir llego un mensaje que la lleno de desesperación. Era su madre pidiéndole una foto.

“Preferí apagar el celular y aplazar lo que sería la revelación de mi nueva apariencia”.

Muchos le dejaron de hablar

Cuando sus familiares confirmaron los rumores que ya se escuchaban en Montería, muchos prefirieron dejarles de hablar.

En ese momento no tuvo el apoyo de su padre, pero hoy, aunque las cosas han sido duras, le ha demostrado que “el león no es como lo pintan”.

“He logrado cambiar la perspectiva sobre las mujeres trans, pues la gente enseguida se va por la idea de prostitución”, anota.

Tiene presente que no se debe generalizar sobre los miembros de una comunidad con distintos deseos sexuales.

“Yo me estoy formando y luchare siempre por alcanzar mis logros y ser la mejor”, indica Sophie al mostrarse orgullosa de lo que es.

Por su apariencia hoy Sophie pasa desapercibida pues su cambio fue rotundo y hasta recibe elogios por lo original en su apariencia.

En su diario vivir Sophie deslumbra con su piel color canela.

Su voz fina y sofisticada marcan la historia de esta mujer trans para quien su único objetivo fue ser feliz.

“Sé que muchas personas no lo entienden, pero detrás de esta decisión hay mucho miedo y dolor”, reconoce.

Invita a todos a que no sean inhumanos, porque “a pesar de nuestra distinta apariencia, gustos y demás, seguimos siendo seres de carne y hueso”.

Para conocer más de Sophie visite sus redes: Sofía Mendez en Faceboook  y Sofíamendezoficial en instagram

Rechazo y estigmatización

El rechazo y la estigmatización hacia personas como Sophie es un tema que analizó un estudio del Fondo Lunaria Mujer.

Es una organización feminista que moviliza recursos para apoyar a organizaciones de la diversidad de mujeres jóvenes colombianas.

En el estudio “La gente me señala”, se analiza la violencia hacia mujeres jóvenes LBTIQ+.

LBTQ + significa lesbiana, bisexual, transgénero, interrogativa y el signo más representa cualquier otra identidad sexual.

Esta violencia, según la investigación, es motivada por imaginarios prejuiciosos que rodean a las mujeres LBTIQ+ jóvenes.

Tienen fundamento en las concepciones socioculturales sobre lo que es ser mujer, sobre lo que significa la diversidad sexual y de género e ideas sobre la juventud.

Tan grandes llegan a ser las secuelas en la salud mental de estas mujeres, que las llevan a mantener constante miedo.

La investigación se hizo en territorios como Boyacá, Manizales, Armenia, Bogotá y también el Caribe colombiano.

En el nuestro entorno el estudio se hizo en Barranquilla, Soledad y Puerto Colombia.