Por Fabio Osorio
La imagen más diciente es la estampida (como cualquier grupo de reses desbocado o de una manada de rinocerontes y búfalos que arrasaban todo a su paso) de consumidores penetrando violentamente al supermercado Alkosto del centro de Cali, desesperados para aprovechar “las rebajas” que brindaba hoy el primer Día Sin IVA, no importándoles que la cercanía entre uno y otro pueda contaminarlos con el “Coronavirus”.
Además del riesgo a la salud y a la vida, de quienes visitaron centros de expendio y comercio, sin atender las medidas sanitarias, lo que ha sido visto como una exposición que echaría al traste 100 días de cuarentena, aislamiento y restricciones, extensiva a toda la población, también ha sido objeto de evaluaciones desde lo meramente monetario, por la imitación de sólo uso de tarjetas de crédito y débito, dejando por fuera a quien sólo maneja efectivo y debía tener su dinero depositado en una cuenta de ahorros, o recurrir al endeudamiento, con los consabidos pagos de financiación e intereses.
Aunque muchos apreciaron y “aprovecharon” la jornada, analistas económicos ponen en duda los provechos y suficiencia de la medida de devolución masiva del impuesto. Según datos del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, mientras los contribuyentes aportan unos $50 billones en IVA por año, el día sin IVA sólo les devuelve a los consumidores medio billón de pesos.
Los ganadores
Indudablemente, los comerciantes de Fenalco fueron los ganadores en la jornada de este primer Día Sin IVA, tal como lo reseña el alcalde de Soacha (Cundinamarca), Juan Carlos Saldarriaga, cuando anunció que en horas del mediodía de hoy, ya el almacén Gran Centro de esa población, había contabilizado 250 millones de pesos en ventas, siendo que sus propietarios habían planeado vender sólo 50 millones de pesos durante todo el día. Esto, sin contabilizar las ganancias en este día del “gran comercio” colombiano.
Los otros beneficiados, los bancos que conforman grupos financieros con los superalmacenes (Sao, Éxito, Jumbo, Falabella, Alkosto, entre otros) con sus tarjetas de crédito que ofrecían otros descuentos por comprar electrodomésticos que podían diferir a cuotas de hasta 70 meses, perdiendo en el primer año, con la financiación e intereses, el 19% del impuesto rebajado.
Los perdedores
Los trabajadores que, en medio de una situación forzada por la obligación de estar en puestos de trabajo, les llevó a quedar a pocos centímetros de una horda de compradores, que iban de un lado a otro buscando el televisor, el computador, el celular, o el equipo de sonido, que hacían grandes filas para pagar y a los cuales debían resolver inconvenientes de fallos en los precios o caída del sistema, con la consecuente molestia de los clientes.
Otros perdedores fueron los compradores, quienes “por las ofertas corrieron el riesgo de infectarse” (según los médicos, las consecuencias del desorden de hoy en los supermercados del país se reflejarán dentro de 15 días), ilusionados por los precios bajos y echando mano del crédito que podrán pagar en baja cuotas, pero a muy alto valor final.
Y otro gran perdedor fue el gobierno nacional, con el presidente Iván Duque a la cabeza, a quien se le señala de “ceder ante las presiones del gremio de comerciantes, Fenalco” y de tomar una decisión muy apresurada, que a la vuelta de dos semanas aumentará las cifras de contagios y muertes, en un momento en el que el virus, así como los compradores, está en gran movimiento y desaforado, con las más altas cifras de infectados.
Destacados médicos del país y de centros de investigación de las universidades también criticaron a los mandatarios regionales (alcaldes y gobernadores), “por no tomar medidas que protegieran a los habitantes de sus territorios”. Y es que las aglomeraciones de ávidos compradores que no respetaban las mínimas condiciones de aislamiento se vivieron en Bogotá, Cali, Medellín, Bucaramanga, Barranquilla, Soledad (Atlántico) y en Soacha, entre otras ciudades.
De hecho, al referirse a los desmanes vistos, los ministros de Salud (Fernando Ruíz) y de Justicia (Cecilia Arango) responsabilizaron directamente a los administradores locales. “En el #DiaSinIVA, los alcaldes y gobernadores deben hacer cumplir las medidas de distanciamiento social y los protocolos de bioseguridad establecidos” dijo Arango en un trino. “Hacemos un llamado a alcaldes y gobernadores para el ordenamiento de la población” enfatizó Ruíz en un comunicado de prensa.
No hubo bioseguridad
¿Se levantaron por un día las medidas de distanciamiento y quedaron en el papel los manuales y protocolos de bioseguridad registrados por almacenes y centros comerciales? ¿Qué pasó con las reglas que establecen que hay que desinfectar los zapatos al entrar, esparcir en manos gel antibacterial o alcohol, tomar la temperatura a todo el que llega, pedir la identificación para verificar el pico y cédula, aplicar el distanciamiento social que opera desde la fila al acceder al establecimiento y dentro del mismo, al igual que el aforo limitado nacionalmente al 35%?
El 99.8% de los establecimientos cumplió protocolos dijo el ministro de Comercio, Sin embargo, lo visto en varias ciudades del país, en diferentes almacenes, algunos de los cuales fueron cerrados, contrastan con los porcentajes dados por el funcionario. Según cifras oficiales, hubo 88 aglomeraciones y cuatro establecimientos comerciales cerrados por incumplir medidas sanitarias.
“Sitios cerrados y sin buena ventilación son los de mayor riesgo de contagio. ¿Subir las ventas y bajar las vidas? ¡Qué insensatez! ¡No cuidan y sí dañan” dijo la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, en su cuenta de Twitter.
Como un día inédito, de buenos resultados y de mucho aprendizaje calificó Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, la primera jornada del día sin IVA, quien reconoció que hubo fallas y ya tiene un paquete de propuestas que presentó al gobierno para ser discutido en una mesa de trabajo conjunta.
Las cifras
Aunque las cifras son buenas, el primer día sin IVA, calificado como la piedra angular de la reactivación económica del país, se convierte en un campanazo de alerta frente a esa normalización comercial que se pretende a costa de la inobservancia del comportamiento seguro y el riesgo por la apertura al desconfinamiento gradual que seguirá ampliándose en todo el territorio nacional. Y faltan dos días más sin IVA, el 3 y el 19 de julio.
Según Fenalco, se hicieron seis millones de transacciones, las ventas de las siete categorías tuvieron incrementos entre el 35 y el 70%, comparadas con un día normal sin pandemia. Las ventas electrónicas se movieron 10 veces más, que un día normal, 100 mil personas por hora, en promedio. En esta primera fecha las categorías que más se vendieron fueron electrodomésticos y tecnología. Los productos más demandados fueron en este orden: televisores, computadoras, neveras, tablets y celulares,
El gremio de los comerciantes reconoció que los lunares se presentaron en su mayoría en grandes superficies a borde de calle por las largas filas, represadas desde la madrugada, las ciudades donde se presentaron los inconvenientes fueron Bogotá, Cali, Pereira y en algunas zonas de Medellín. En cuanto a las compras on line, en determinadas horas del día las plataformas de comercio electrónico colapsaron.