Por Alexis Acevedo Pérez*
La consigna popular era ‘se le viene marzo’, lo que para el gobierno significaba una gran preocupación luego de las protestas contra el sistema económico y social que a finales del año pasado sacudieron a los cimientos de toda la sociedad chilena. La revuelta social se había calmado durante enero y febrero porque el verano y las vacaciones así lo permitían, pero los anuncios estaban en todas partes, en las redes sociales, en los medios de comunicación, en el boca a boca y hasta en los grafitis de todas las principales ciudades chilenas, desde Arica, pasando por Iquique, Antofagasta, La Serena, Valparaíso, Santiago y Valdivia, esta última, la ciudad en donde vivo.
Pero, una pandemia mundial, de la cual Chile no iba a estar ajena, provocó el aplazamiento de la avalancha de manifestaciones y marchas que nuevamente se le venían encima al gobierno del presidente, Sebastián Piñera. Cuyo mandato pareciera estar dando ‘botes’, en lo relacionado a la toma de decisiones acertadas para enfrentar al coronavirus o Covid-19.
Al momento en que desarrollábamos este escrito, se confirmaban oficialmente en el territorio nacional 3.404 casos de contagios, dejando en la jornada anterior, es decir las últimas 24 horas, un total de 374 nuevos casos, la más alta desde que se tuvo el primer acontecimiento en el país austral. La mayoría en La Región Metropolitana, donde se encuentra la capital.
Aún con estas cifras en los diarios, pantallas de televisión y cantidades de periodistas divulgándolas por infinidad de medios, incluidas las afamadas redes sociales, mucha gente, no todos, se mostraban en las calles como si ya hubieran desarrollado la inmunidad para que el Covid-19 no llegara a sus manos, casas, e incluso a sus seres queridos de avanzada edad.
Pero más preocupante, ya en el presente, es la manera como se le ha venido haciendo frente a la pandemia, que, por lo visto en países como Italia y España, aquí puede ser similar o peor. Cuarentena en sólo siete comunas aledañas a la capital, Santiago. O toque de queda nacional, pero de 10 de la noche a 5 de la madrugada, son los ´pañitos’ de agua tibia’ con los que el gobierno Piñera que frenar la propagación del más grande enemigo mundial de los últimos tiempos para la humanidad.
Lo que se ve hoy es un temor que parece invadir más a los extranjeros que se encuentran regados por todas las regiones del país. Por ejemplo, cerca de 200 colombianos, con miedo, sin poder salir a trabajar, con pocas monedas en los bolsillos y con el mercado en las últimas, están pidiendo a gritos ser repatriados, que las autoridades nacionales los lleven de nuevo a casa en un vuelo humanitario.
lo que va a pasar con el coronavirus en Chile en muy incierto, por las mismas condiciones propias de la enfermedad. Pero lo que se puede anunciar es que el final dejará números lamentables, de los cuáles, estamos seguros, quienes tuvieron el poder para cambiarlos o reducirlos, no lo están haciendo bien. ¿Lo están haciendo a medias, protegiendo qué?
* Periodista colombiano residente en Chile, creador y conductor del programa Colombia Hoy, podcast en el cual se presentan noticias de Colombia y el mundo.