Por Arturo García*
El sábado 23 de Noviembre de un año como el presente donde muchas mentes y corazones estamos pendientes por torcer el espinazo a la parca que se ha ensañado en el Atlántico en llenar los cementerios de vidas humanas el tronar de los disparos desde uno de los barrios con relativa tranquilidad ante la violencia como lo es el Barrio el Carmen, casi dividido en dos localidades siendo las 11:45 PM comenzaba a mostrarnos los cuerpos moribundo sobre el pavimento en la calle 50 con Kra 18 de esa comunidad.
Minutos después entenderíamos que era imposible contar la muerte de 4 personas algunos jóvenes, todos comerciantes y profesionales, aunque ya no eran estos solos sino que revisando las notas de las estadísticas de violencia encontrábamos que el 5 de noviembre en ese mismo barrio relativamente cerca a donde se cometió la tercera masacre en Barranquilla se había presentado otro homicidio y unos días después en el mismo barrio el Carmen allí cerquita, otro ciudadano era víctima de un atentado sicarial.
El que este barrio conformado por ex militares de diversas fuerzas, docentes, pensionados, profesionales de diversas jerarquías fuese este nuevo escenario de guerra urbana debe indicarle a la sociedad civil y a las autoridades que realmente algo está pasando en la modalidad de la violencia urbana, que no es nueva y que para llegar a los niveles de las estadísticas que a continuación presentamos, contrario a lo que algunos afirman, no es una situación novedosa.
El año 2024 cuyo último mes inició primero de diciembre, por mucho que se quiera trabajar en pos de la convivencia no podrá impedir que las cifras globales logren ser inferiores a 850 muertes violentas en el Departamento del Atlántico, siendo Barranquilla capital y los Municipios del Área Metropolitana los territorios que soportan las horrorosas cifras que desafortunadamente nos toca mostrar desde el escenario, que parece haberse olvidado y que se concentra en una sola frase y es: defensa de la vida humana.
Las cifras globalmente registradas indican que al terminar el mes de noviembre de 2024 en el Departamento del Atlántico existe un acumulado de 806 muertes violentas. Esta cifra no incluye víctimas de accidentes de tránsito ni la de los lamentables suicidios que a diario toca conocer ya sea en la ciudad o en el campo en este Departamento.
No es para menos esta preocupación si tenemos en cuenta que desde enero a hoy, mes tras mes se han trazado diferentes estrategias para enfrentar a los violentos, que entre otras cosas todo indica que algunas autoridades no saben a quién se enfrentan.
Es así como en el Departamento del Atlántico entre enero y junio del año en curso no hubo mes alguno que registrara cifras inferiores a 55 muertes, sino que por el contrario los meses siguientes mostraron unas inatajables cifras pasando de tener 70 casos letales en julio de 2024, agosto con 92, septiembre y octubre con 86 y este mes de noviembre un aumento a 89 muertes violentas en el Departamento.
De estas 79 se registraron como hechos violentos letales en el Área Metropolitana de Barranquilla y la Capital de dicha Área registró 47 casos. Esta última incluye y todas las demás anteriores el de elementos dados de baja por acción policial, de otras autoridades o civiles ejerciendo la legítima defensa, que gústenos o no son muertes violentas.
A esta última cifra hay que agregar que la capital del Atlántico registra hoy 431 muertes violentas. La fuerza de los hechos en estos análisis lleva a mostrar que es imposible una reducción significativa en este mes de diciembre a menos que con plegarias, oraciones, rezos de la novena navideña y el accionar de la fuerza pública impida la conformación de cifras similares a las de estos últimos 4 meses que hemos analizado.
La sociedad civil y las autoridades deben conocer bien que lo que estamos enfrentando son realidades y las cifras que momento a momento nos toca transcribir, sumado a ello el origen de estos hechos sicariales nos muestra lamentablemente una línea interminable de la muerte.
Es de anotar que el mes de noviembre de 2024 registró un total de 89 muertes violentas en todo el Departamento del Atlántico. De estos en Barranquilla ocurrieron 47 casos letales. En Soledad 27, en Malambo 4 y Puerto Colombia 3 registros negativos. Los otros 8 se presentaron en el resto del Departamento como sigue: Sabanalarga y Repelón con 2 casos cada uno, mientras que Candelaria, Luruaco, Santo Tomás y Ponedera registraron 1 caso letal, varios de estos bajo la modalidad de sicariato.
Para el caso específico del Área Metropolitana las 47 víctimas se repartieron así: Localidad Suroccidente: 24 muertes violentas, donde barrios cómo Bosque, Olivos, Esmeralda, La Paz, Sourdis, Por fin y Ángeles III siguen aportando víctimas a esta larga lista. Sigue la Localidad Suroriente con 12 asesinatos destacándose Rebolo y Chinita. A su vez la Localidad Metropolitana en Ciudadela 20 de julio 3 casos y en Gardenias una mujer asesinada. Por su parte, la Localidad Norte Centro Histórico con 3 víctimas cometidas en territorios ligados a este historial de violencia criminal.
Para terminar, no es nada fácil esperar que por medio de un celular se conozcan los casos que ayudan a producir este resumen, tarea dolorosa cuando transcribimos un nombre y la edad de las víctimas y un último resumen 2024 deja 68 mujeres asesinadas, en medio de tantas reuniones y de las voces que salen de las gargantas pidiendo: Ni una más.