A 133 años de su natalicio, la Alcaldía de Soledad a través de su Secretaría de Cultura, rinde homenaje a la memoria y obra del mayor de los poetas nacido en este ente territorial y quien, mediante su excepcional talento artístico, internacionalizó el nombre del gentilicio colocándole en sitial privilegiado mediante las eternas letras de sus poemas.
Hoy hace 133 años, un 19 de marzo, pero de 1891, nació en Soledad el poeta Gabriel Escorcia Gravini, autor -entre muchos otras obras- de la décima: “La gran miseria humana”, la más conocida de sus creaciones.
Gravini es considerado internacionalmente como uno de los más grandes poetas de la muerte y el máximo exponente de la lírica en Soledad, siendo hoy un referente latinoamericano de la denominada necro poesía, cuyos versos giran en torno a la muerte.
Por lo anterior, el bardo soledeño, desde mediados del siglo pasado, tiene gran significancia en México, país este en el que la muerte tiene un fuerte arraigo cultural.
A pesar de su corta existencia, se le conoce como el mayor de los poetas soledeños, junto a José Miguel Orozco, creador de la letra del himno de Soledad.
Su obra forma parte de la tradición oral de la costa del Caribe colombiano, llegando a ser convertida en paseo vallenato por el maestro del acordeón, Lisandro Meza.
En 1906, a la temprana edad de 15 años, Gabriel Escorcia Gravini fue diagnosticado con lepra; recordemos que a principios del siglo XX los leprosos en Colombia aún eran obligados a vivir en leprocomios, sin embargo, su familia se opuso a someter al joven Gabriel a este humillante tratamiento y con la ayuda del entonces alcalde, convencieron al médico de no reportar el caso a cambio de mantenerle aislado en una celda en su casa paterna. Allí vivió recluido hasta su muerte, 13 años después.
Es durante esta reclusión cuando Gravini escribe la mayor parte de su obra, poemas que exploraban el amor imposible y la muerte. Solamente por las noches salía de su encierro para visitar el cementerio central de Soledad, donde compuso, “La Gran Miseria Humana”.
Gabriel Escorcia Gravini, murió el 28 de diciembre de 1920 en la misma casa que le había visto nacer.