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Revelan como las AUC defraudaban sistema de salud

Ante la JEP, el exgobernador de Sucre, Salvador Arana, reveló como los grupos paramilitares desfalcaban el sistema de salud.

Con esos recursos irrigaban sus arcas por medio de afiliaciones dirigidas, cobros por servicios ficticios, así como acuerdos entre AUC y alcaldes.

Los exmandos del Bloque Montes de María como Willer Cobo negociaban directamente con alcaldes para que afiliaran a las personas en EPS.

En esas entidades de salud tenían gerentes afines a las AUC, con el fin de tener el mayor número de pacientes posibles, o presionaban a las comunidades para ese fin.

“Con las afiliaciones ellos presionaban a la población o a veces le decían al alcalde, vea alcalde, necesitamos 2.000 o 3.000 afiliados para esta EPS”, declaró Arana.

Compromiso de alcaldes

Agregó que “si el alcalde tenía compromiso con ellos lo hacía, sino inclusive le daban algún recurso por afiliación”.

“En la época que yo estaba doctor, muchas veces se pagaba entre $5.000 a $10.000 por afiliado”, sostuvo el exgobernador ante el tribunal.

En la diligencia mencionó nombres de IPS a las que salpicó hace unas semanas por haber tenido relación con el entramado.

Habló de otras como Iases limitada, IPS Clínica Santa Clara, y Clínica La Samaritana.

Además, reveló que se crearon empresas para dar asesorías falsas a personas con nombres ficticios y cobrarlas.

“¿Cómo se hacía el desvío de recursos? Con facturaciones falsas inexistentes, de pacientes que nunca atendieron que se facturaban”, manifestó.

Anotó que también reportaban “suministro de medicamentos existente, también se usaban empresas de papel o de garaje”.

Contratos de medicinas

Según Arana, también se robaban los recursos de las medicinas a través de contratos de empresas farmacéuticas con las EPS permeadas.

Así, por medio de diversas estrategias se dieran menos medicamentos de los indicados a los pacientes o se simularan falsas entregas a los mismos.

Señaló empresas como Sumisalud, Inversiones Coveñitas y Sumecar.

De acuerdo con el exgobernador, los dueños de esas empresas eran amigos de gerentes como María Patricia Cano (en Mutual Quibdó) y Pedro Mulet (en Cajacopi).

Cano y Mulet fueron señalados por Arana en su matriz de verdad como colaboradores del paramilitarismo.