Colombia tiene 15 millones de tierras fértiles en manos de latifundistas improductivos. Por orden del artículo 1° del Acuerdo de Paz suscrito con las antiguas Farc en 2016, el Estado colombiano debe entregar al campesinado, mínimo, tres millones de tierras planas, fértiles, con agua y cercanas a las grandes vías de comunicación y a los grandes mercados. “Tenemos que llegar a 10 millones, ese es el propósito del Gobierno del Cambio”.
Así lo advirtió el presidente Gustavo Petro Urrego y subrayó que “eso se llama una reforma agraria, y este Gobierno no cede en ese propósito”, en su intervención en la tarde hoy ante las comunidades del municipio de San Pablo, Nariño, en el marco del programa de Territorios Campesinos Agroalimentarios (Tecam).
El mandatario cuestionó que a su administración se le ha querido impedir, desde el interior de la burocracia, que se pueda hacer esa reforma agraria, ya que las tierras más fértiles pertenecen a los grandes terratenientes, y justamente por allí es que pasan las vías 4G y 5G.
“A pesar de que es una inversión pública, no recuperando ese dinero, la inversión que queda en riqueza personal y particular del gran terrateniente de Colombia, que es parte de la gran oligarquía de Colombia. Se enriquecieron, despojando, no se enriquecieron trabajando. Esa es la gran diferencia en la historia de Colombia”, aseguró.
El jefe de Estado se refirió a los conceptos que deben incluir en el Decreto que se expedirá para implementar el artículo 359 de la Ley 2294 de 2023 mediante la cual se expidió el Plan Nacional de Desarrollo ‘Colombia Potencia Mundial dela Vida’ y que busca reglamentar el procedimiento de constitución, reconocimiento y fortalecimiento de la territorialidad campesina en el país.
Reserva campesina
Habló sobre el concepto de Reserva Campesina que se creó en el Acuerdo de Paz; el concepto de Territorio que permite la posibilidad de que este se amplíe.
“Ese decreto, entonces, debe tener los artículos pertinentes a la reforma agraria y a la industrialización de la producción integrada, además de la idea de territorialidad. Sí tiene los tres, inmediatamente lo firmamos”, sostuvo.
El mandatario puntualizó, además, que “esta será apenas la primera fase de lo que queremos”.
El jefe de Estado se refirió a la historia del despojo de tierras en Colombia.
“El propósito de este Gobierno es retornar el camino de la historia, para que los descendientes campesinos de esas generaciones violentadas puedan tener de nuevo tierra fértil. Esa es la reforma agraria”, señaló.
No obstante, afirmó que esas “historias de terror no han terminado”.
Desde mediados del siglo pasado, agregó, siguen las amenazas de masacres, de miedo, de asesinato de dirigentes “para que el pueblo tenga miedo, para que no se organice, para que no mire a través la historia hacia atrás y reclame lo que es suyo”.
Este es un proceso que no se hace de la noche a la mañana, advirtió, sino que implica una organización profunda del pueblo campesino. Entonces, “debemos siempre mantener la idea de obtener la tierra que fue despojada en Colombia, pero no lo vamos a hacer a la fuerza. No vamos a desatar una nueva guerra”.
El presidente agregó que el propósito de su Gobierno es que el campesino sea dueño de la tierra fértil y productiva, de sus cosechas, y así mejorar su calidad de vida.
“Tenemos que lograr que el Gobierno Nacional ponga el billete en forma de crédito subsidiado o no, para que el campesinado pueda ir montando las factorías de la industrialización y ustedes pongan la organización”.